Tenemos
un Dios cuya gracia es infinita, y que conoce todos nuestros deseos. Siempre
pienso que Él podría aliviarte hasta el extremo. Él vendrá a su tiempo, cuando
menos lo esperas. Espera en Él más que nunca. Agradécele conmigo por los
favores que te hace, particularmente por la fortaleza y la paciencia que te da
en tus aflicciones. Esto es una señal del cuidado que tiene de ti. Consuélate
en Él, y dale gracias por todo.
Yo también
admiro la fortaleza y el coraje de Monsieur Fray José de Beaufort, representante del arzobispado local. Dios le ha dado
una buena disposición y muy buena voluntad, pero en él todavía hay un poco del
mundo y una gran porción de juventud. Espero que la aflicción que Dios le ha
enviado le proveerá de un buen remedio para todo, y le hará profundizar en su
vida espiritual. Es un accidente muy apropiado para llamarle a poner toda su
confianza en Él, que le acompaña constantemente. Que pueda pensar en Él tan
frecuentemente como pueda, especialmente estando en medio de los peligros más grandes.
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