Dedicamos nuestra fe no sólo a creer las cosas buenas que Dios nos dará, sino también y de manera muy especial, la usamos cuando tenemos que vivir tiempos difíciles.
Es fácil hablar de fe cuando todo está bien o medianamente acomodado, pero se nos complica cuando afrontamos realidades que no nos gustan o que distan mucho de ser de una vida feliz.
Tengamos presente que Dios ve lo que está por venir, pero nosotros sólo vemos el presente. Esta visión parcial nos hará enfocarnos sólo en las situaciones que estamos viviendo, no pudiendo ver más allá de las circunstancias presentes. Y sólo el que aplica su fe, puede tener una mirada por encima de su necesidad.
No sé si el camino que te ha tocado transitar es fácil o difícil, pero cualquiera que fuere el caso, tu actitud debiera ser de “honra”, reconociendo a Cristo como Señor de tu vida. Sabiendo que si Él está al control, incluso los períodos de sufrimiento tendrán un final feliz.
José fue vendido como esclavo por sus hermanos, pero gracias a esto pudo salvar a toda su familia del hambre que invadió a Israel. Daniel fue echado al foso de los leones y llegó finalmente a una posición de autoridad en el gobierno. Jesús, por su muerte en la cruz, soportando azotes, latigazos y un dolor extremo, nos redimió del pecado y la condenación. Sin este sufrimiento no habríamos experimentado la gracia y el poder de Dios.
Nada nos llevaremos de este mundo. Todo lo terrenal, al igual que los sufrimientos, son pasajeros, pero lo que permanece siempre es lo que recibimos de Dios, su fortaleza, su gozo, su sabiduría. Aunque parezca difícil de pensar, una mala experiencia traerá cosas buenas. Y para que nuestro sufrimiento tenga esperanza, nuestra fe debe permanecer firme.Su palabra dice: ”Mas también si alguna cosa padecéis por causa de la justicia, bienaventurados sois. Por tanto, no os amedrentéis por temor de ellos, ni os conturbéis, sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros” 1a de Pedro 3:14-15
Si miramos las circunstancias, probablemente terminemos asustados o amedrentados por ellas. Hay situaciones que ni siquiera podemos entender y debemos pasarlas, y para ello es tiempo de aplicar la fe y confiar en Dios. Incluso nos cuestionamos, ¿cómo hará Dios si yo no veo una salida posible a mi situación? No temas porque Dios estará contigo en cualquier condición que te encuentres, con Él el sufrimiento pasará y podrás disfrutar de una resonante victoria.
Abre los ojos de la fe.
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