Algunos católicos romanos dicen que estos “hermanos” en realidad fueron primos de Jesús. Sin embargo, en cada uno y en todos los casos es usada la palabra griega específica para “hermano”. Mientras que la palabra puede referirse a otros parientes, su significado normal y literal es el de un hermano directo. Había entonces una palabra griega para primo, y no fue utilizada. Más aún, si hubieran sido primos de Jesús, ¿por qué son mencionados con tanta frecuencia como acompañantes de María, la madre de Jesús? No hay nada en el contexto de las visitas de Su madre y hermanos, que cuando menos sugiera que fueran sus medios-hermanos o primos.
Un segundo argumento Católico Romano es que los hermanos y hermanas de Jesús eran hijos de un matrimonio anterior de José, antes de casarse con María. Pero toda la teoría de que José era significativamente mayor que María, que estuvo previamente casado, que tuvo varios hijos, y después enviudó antes de casarse con María es inventada. El problema con esto es que la Biblia ni siquiera sugiere que José hubiera estado casado, o que tuviera hijos antes de casarse con María. Si José hubiera tenido hijos antes de casarse con María, ¿por qué ellos no son mencionados en el viaje de José y María a Belén (Lucas 2:4-7), o en su viaje a Egipto (Mateo 2:13-15), o en su viaje de regreso a Nazaret (Mateo 2:20-23)?
Sin embargo, no existe ninguna razón bíblica para creer que estos "hermanos" sean otra cosa que los mismos hijos de José y María. Aquellos que aducen la idea de que Jesús tuvo medio-hermanos y media-hermanas, no lo concluyen de la lectura de las Escrituras, sino del concepto preconcebido de la perpetua virginidad de María¿¿??, que es en sí mismo anti-bíblico: “Pero (José) no la conoció (a María) HASTA QUE dio a luz a su hijo primogénito; y le puso por nombre Jesús” (Mateo 1:25).
Jesús tuvo hermanos directos, esto es, hermanos y hermanas, quienes fueron hijos de José y María. Esa es la clara y no ambigua enseñanza de la Palabra de Dios.
Además,
JACOBO, EL HERMANO DE JESÚS
Según la Biblia, Santiago (o Jacobo), que
escribió el libro del mismo nombre, que se encuentra
en el Nuevo Testamento, era hermano de Jesucristo.
Marcos 6:2-3 dice: “Y llegado el día de reposo,
comenzó a enseñar en la sinagoga; y muchos,
oyéndole, se admiraban, y decían: ¿De dónde tiene
éste estas cosas? ¿Y qué sabiduría es esta que le es
dada, y estos milagros que por sus manos son
hechos? ¿No es este el carpintero, hijo de María,
hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón?
¿No están también aquí con nosotros sus hermanas?”
Evidentemente, después del nacimiento virginal
de Jesús, José y María tuvieron sus propios hijos e hijas:
El apóstol Pablo se refiere también a Jacobo,
como el hermano de Jesús, en Gálatas 1:19:
“Pero no vi a ningún otro, sino a Jacobo el
hermano del Señor.”
También se puede encontrar evidencia acerca
de la vida de Jacobo, aparte de la Biblia, del
historiador Josefo. En Antigüedades XX, 197
menciona a Jacobo (o Santiago) el hermano de Jesús
y a Anás el Sumo Sacerdote:
“Tras la muerte de Festo (en el año 62 A.D.) el
emperador Nerón envió a Albino a ser procurador de
Judea, pero antes de que llegase, el Rey Agripa
nombró a Anás Sumo Sacerdote, que era hijo del
anciano Anás. (Nota: El anciano Anás, al que se hace
alusión aquí, es el mismo Anás que aparece en los
Evangelios del Nuevo Testamento.) “Este anciano
Anás hacía mucho tiempo que venía siendo Sumo
Sacerdote. Tenía cinco hijos, todos los cuales llegaron
al sacerdocio. Sin embargo, el joven Anás, era un
bruto, que seguía a los saduceos, que eran unos
desalmados cuando pronunciaban juicio. Una vez que
Festo hubo muerto y Albino estaba aún viajando,
Anás pensó que podía salirse con la suya. Llamando
a los miembros del Sanhedrín, trajo ante ellos a un
hombre llamado Jacobo, el hermano de Jesús, que
era llamada el Cristo, y a ciertos otros, acusándoles
de haber quebrantado la ley y ordenó que fuesen
apedreados”.
Aunque la Biblia no lo menciona, Josefo afirma
que Santiago fue convertido en mártir por el Sanedrín
LA DECLARACIÓN MÁS IMPORTANTE HECHA
POR JACOBO EL HERMANO DE CRISTO:
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros, los de
doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos,
y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en
lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante
del Señor, y él os exaltará”. Santiago 4:8-10
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