lunes, 30 de septiembre de 2013

El poder del perdón - Devocional

Un hombre que había perdido a su hijo en un accidente ocurrido 17 años antes, continuaba sumido en la amargura y el dolor por aquella triste pérdida. Tal era su estado de depresión y tristeza que la relación con su familia se fue deteriorando, hasta el punto de convertirse en un hombre que permanecía siempre enojado con todos los que le rodeaban, incluso con el mundo y hasta con Dios.
rencorcvcSe sentía culpable por la muerte de su hijo de tan solo 5 años. Así, ahogado por el odio y la culpa, se convirtió en un hombre de mal genio, discriminador y criticador agudo de todo lo que le rodeaba. El nivel de exigencia que tenía con los demás alcanzaba su punto máximo en la relación con su esposa y con su otro hijo mayor.
Se preguntaba una y otra vez ¿qué clase de Dios permitiría que su hijo muriera?, y además, ¿por qué volvieron a ocurrir más tragedias en su familia? Desesperado y en busca de respuestas, encontró a un sabio que le dijo lo siguiente:
“El perdón ha cambiado la historia, ha forjado amistades. Ha liberado a la gente de la esclavitud emocional y física, ha cambiado innumerables vidas para bien. Cierto es que sin justicia no hay paz, pero si falta la misericordia no se resolverán establemente los conflictos.”
El poder del perdón muestra lo que ocurre cuando vamos más allá de nuestra inclinación humana, más allá de amar sólo a aquellos que nos aman, pues es fácil amar a nuestros seres queridos, pero es difícil amar a aquellos que nos han hecho daño.
¿Han oído la ley que dice: “Ama a tu prójimo” y odia a tu enemigo? Pero yo digo: ¡ama a tus enemigos! ¡Ora por los que te persiguen! De esa manera, estarás actuando como verdadero hijo de tu Padre que está en el cielo. Mateo5 43-44 NTV

Muchos vivimos enfrascados en el odio, la amargura y el resentimiento, debido al daño que nos provocaron diferentes personas. Pero lo que no entendemos es que estos malos sentimientos nos hacen daño a nosotros mismos y sobre todo a nuestro entorno, familia, trabajo etc.
Entendamos que la justicia no va a cambiar nuestros corazones, sólo el perdón y el amor pueden hacer eso. ¿Y cómo cambiaría el mundo, si todos nos perdonáramos de la misma forma que se muestra en las Sagradas Escrituras?: perdón para los que nos hicieron daño, perdón para los que no entendemos. 
Si por alguna razón alguien te ha hecho mucho daño y tú has guardado ese resentimiento durante años, déjalo salir, libérate de esa amargura, desecha el odio de tu corazón por fuerte que haya sido el daño que te causaron, perdona a esa persona y sé libre.
¡Deja que el poder del perdón inunde tu corazón!

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