lunes, 27 de mayo de 2013

El por qué de nuestro trabajo… - Reflexiones - Vídeos

Cuenta la leyenda que un misionero cayó de un barco mientras navegaba en alta mar y fue arrastrado  por el agua, hasta la orilla de una remota villa de nativos. Personas de la villa le encontraron, le cuidaron y curaron, ya que estaba casi muerto por la falta de comida y de agua fresca. Vivió entre ellos durante veinte años, adaptándose a su estilo de vida y forma de trabajo. No predicó sermones, ni tampoco les inculcó su fe.Tampoco les leyó ni recitó las Escrituras.
No obstante, cuando alguien enfermaba, él se sentaba con el enfermo, a veces durante toda la noche. Cuando estaban hambrientos, les daba de comer.  Cuando se sentían solitarios, les ofrecía un oído para escucharles. Enseñó al ignorante y siempre estuvo al lado del que se había equivocado.
Llegó un día en el que los misioneros entraron a esta villa y comenzaron a hablarles a las personas acerca de Jesús. Después de escuchar su historia, la gente de la villa insistía en que Jesús ya había estado viviendo con ellos durante muchos años. Vengan, les dijo uno de ellos, se lo presentaremos. Los misioneros fueron conducidos a una cabaña donde se encontraron con su compañero, al cual habían perdido hacía mucho tiempo.
El por qué de nuestro trabajo siempre determina cómo vivimos.
Lo que haga un hombre no determina si su trabajo es sagrado o laico, sino el por qué lo hace.
Colosenses 3:23-24
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres… porque a Cristo el Señor servís.
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