domingo, 2 de diciembre de 2012

Alumbra - Reflexiones - vídeo

Hace cientos de años un hombre caminaba en la oscuridad de la noche, por las calles de una ciudad llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en noches sin luna como aquella. En un momento determinado, se encontró con un amigo. EI amigo le miró y le reconoció. Se dio cuenta de que era Guno, el ciego del pueblo; entonces, le dijo: ¿Qué haces, Guno, tú ciego y con una lámpara en la mano? Si tú no ves…
Entonces, el ciego le respondió: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí… No sólo es importante que la luz me sirva a mí, sino también que yo la use para que otros puedan también servirse de ella.
¿No sabes que alumbrando a otros también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para sí mismo y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil; muchas veces, en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento…¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! 
Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.
Luz, demos luz. Tenemos en Jesús el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en tinieblas.
Lucas 8:16
Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz.
Juan 1:5
La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
Juan 8:12
Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo;el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.

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