Podemos ir por la vida ignorando su voluntad, haciendo oídos sordos a su voz y resistiéndonos todo lo que podamos, pero igualmente vamos a seguir recibiendo de diferentes formas su mensaje.
¿Cuánto tiempo hace que estás resistiéndote a Dios?, ¿Qué es lo que Dios ha estado diciéndote las últimas semanas o meses? ¿Hasta cuando seguirás con esa actitud de resistencia a su voz?
Esteban, aquel hombre que murió apedreado en un discurso maravilloso y lleno del Espíritu ante el concilio supremo, dijo entre otras muchas verdades: “¡Duros de cerviz, e incircuncisos de corazón y de oídos! Vosotros resistís siempre al Espíritu Santo; como vuestros padres, así también vosotros” Hechos 7:51 (Reina-Valera 1960). Ese mismo versículo en otra versión dice: “¡Pueblo terco! Ustedes son paganos de corazón y sordos a la verdad. ¿Se resistirán para siempre al Espíritu Santo? Eso es lo que hicieron sus antepasados, ¡y ustedes también!” Hechos 7:51 (Nueva Traducción Viviente).
Lo que Esteban estaba tratando de decirles era que muchas veces Dios nos habla muy claro y, a pesar de eso, nosotros nos resistimos a escucharle o entender y más aún a obedecer a su voz.
Amados hermanos, ¿Qué más tiene que hacer Dios para que obedezcamos a su voz? ¿Por qué nos seguimos resistiendo a su voluntad? ¿Cuánto tiempo pensamos huir de lo que Dios quiere que hagamos? ¿Por qué tenemos tanto miedo a hacer lo que Dios mismo nos está motivando a hacer?
Hoy quiero invitarte a que te armes de valor y hagas su voluntad, detente un momento, deja de resistirte a Dios, escucha su voz claramente y, sobre todo, OBEDECE sus instrucciones; entonces TODO te ira bien.
¡DEJA DE RESISTIRTE Y OBEDECE!
“Ama al Señor tu Dios y obedece todos sus requisitos, decretos, ordenanzas y mandatos”.
Deuteronomio 11:1 (Nueva Traducción Viviente)
No hay comentarios:
Publicar un comentario