domingo, 26 de marzo de 2017

Por el valle de sombra

Nuestro caminar por este mundo es temporal y pasajero. Si las fuerzas nos ayudan, podemos vivir setenta años, incluso llegar a los ochenta; pero no tiene sentido que vivamos tanto tiempo: esta vida de angustias y problemas pasa pronto, lo mismo que nosotros. Salmo 90:10 (TLA)
Algunas veces sentimos que vamos cuesta arriba y otras hacia abajo. Si nos dieran a escoger, elegiríamos el ir hacia abajo pues nos costaría menos esfuerzo el poder avanzar. Sin embargo, no siempre las cosas suceden como uno desea y tendremos que bregar cuesta arriba muchas veces en el camino de la vida.
valle de sombrasA veces nuestros días son placenteros, soleados y hermosos; todo lo que nos proponemos se logra, no hay enfermedades, y si las hay no son graves; nuestra economía es estable, las relaciones familiares son casi sonrisa y fiesta; nuestros hijos son buenos, y brillantes en la escuela, tienen buenas amistades, casi todo suena a melodía hermosa con violines y cuerdas, aroma a flores, pájaros cantando su trinar, ...
Pero de repente, ese día claro y soleado se convierte en un día nublado y frío, otras veces desértico y seco, o con fuertes vientos que azotan nuestra vida; sin esperarlo nos quedamos sin empleo, comenzamos a carecer de cosas que antes teníamos, hay enfermedades graves con personas queridas en el hospital, incluso llega la muerte a rondar a nuestro alrededor, nos llueve sobre mojado, y parece que nunca pasará la tormenta.
En la Biblia hay un episodio en el que unos pescadores experimentados estaban cruzando ya de noche el mar, y de repente les llegó la tormenta. Aunque su barca ya comenzaba a inundarse, era de esperar que ellos, con tanta pericia que tenían, pudieran sacar adelante la situación controlando el bote, pues toda su vida habían lidiado con ello; sabían coger el timón y esquivar las olas, manejar las amarras, izar las velas y cosas de esas; bueno, el caso es que junto a ellos en la misma barca iba el Maestro dormido.
Llega un momento en el que ellos, en su desesperación, solo se atreven a gritarle a Jesús….. ¿No te importa que nos ahoguemos? ¡Sálvanos, que perecemos! Entonces Jesús toma su autoridad y manda calmar la tormenta, y ellos se quedaron atónitos. —¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?

Nunca dejes de soñar

Una frase popular dice que “quien dejó de soñar renunció a vivir”. En ella hay algo rescatable. Tener esperanza y expectativas de lo que va a pasar con lo que hacemos nos mantiene vivos. Dios nos creó para que, entre otras cosas, seamos creadores. Él nos dio la capacidad creadora, creativa. ¡Así que no hay excusas para no seguir soñando seguir inventando!
Resultado de imagen de Nunca dejes de soñarSabemos que algunos de los proyectos que iniciamos no se alcanzarán a ver terminados en una sola generación, pero es tan importante quien termina un proyecto como quien lo comienza.
La meta que tenemos es trabajar fuertemente por alcanzar aquello que Dios ha sembrado en nuestras vidas, que es finalmente nuestro propósito existencial. Mas hay muchas distracciones que nos pueden impedir que avancemos, pero si tenemos dominio propio y la mente enfocada en nuestro propósito, 
lo vamos a lograr.
Cuando no avanzamos hacia lo que debemos hacer, se acaba la pasión, la vida carece de sentido, es como si se apagara el fuego del espíritu en nuestro interior, y así se deja de ser trascendente para convertirse en una persona infeliz y mediocre.
Aprovechemos el tiempo, seamos sabios y entendidos para no estancarnos.

Tú tienes todo, Dios ya puso la semilla, también te ha mostrado en sueños lo que puedes lograr, la pregunta que surge es ¿Qué vas a hacer?
Pues empieza a caminar, recuerda que lo pequeño tiene la capacidad de hacerse grande en las manos de Dios.
Deja la comodidad, la inactividad y comienza dando el primer paso poniendo toda tu confianza en Jesús. Recuerda que “todo lo puedes en Cristo que te fortalece”.

“Señor, quiero soñar y avanzar hasta el día en que me llames a tu presencia. Quiero ser útil y cumplir el propósito de mi existencia, aquel que has puesto en mí desde antes que yo naciera. Te pido que me des más revelaciones y que me fortalezcas para avanzar, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”.

“Él fortalece al cansado y acrecienta las fuerzas del débil”. Isaías 40:29 (NVI)


Seguridad de Salvación

Leamos 1 Juan 5:12 y 13; Romanos 8:15 al 17; y 2 Corintios 5:5. Una vez que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, ¿por qué tenemos la seguridad de la vida eterna? ¿Cuál es la base de esta seguridad?
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El Espíritu Santo es el que guía a los pecadores a Jesús. La muerte sustitutiva de Jesús nos reconcilia con Dios. El perdón de Jesús nos libera para vivir una nueva vida como hijos adoptivos de Dios. Ya no somos enemigos de Dios (Romanos 5:10), sino que caminamos según el Espíritu (Romanos 8:4) y ponemos nuestros pensamientos en las cosas del Espíritu (verso 5). Si no tuviéramos al Espíritu de Cristo, no seríamos sus hijos y no perteneceríamos a Él (verso 9). Pero ahora tenemos el testimonio interno del Espíritu Santo, que mora en nosotros. Él nos testifica que pertenecemos a Jesús, y que somos herederos de Dios y coherederos con Cristo (verso 17). La misma vida poderosa que levantó a Jesús de entre los muertos está ahora activa en nosotros y, aunque antes estábamos muertos espiritualmente, ahora tenemos esa vida (verso 10). Más aún, el Espíritu Santo también sella en nuestro corazón la seguridad de que, verdaderamente, pertenecemos a Dios. Habiendo oído y creído el evangelio de nuestra salvación, fuimos sellados en Jesús con el Espíritu Santo, que es otorgado como “garantía de nuestra herencia” (Efesios 1:13, 14; BA). Cada creyente puede tener esta seguridad (1 Juan 5:12, 13).
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. Efesios 1:13 y 14. 
¿Qué significa estar sellados con el Espíritu? 

¿Por qué cosas te conocen?

Moisés tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón. Hebreos 11:26
En un antiguo campo de concentración japonés en China, hay una lápida dedicada a un hombre que murió allí en 1945, que dice: «Eric Liddell nació en Tianjin en 1902, hijo de escoceses. Su carrera alcanzó la cima al ganar la medalla de oro en la competición de 400 metros en los Juegos Olímpicos de 1924. Posteriormente, regresó a China a trabajar como maestro en Tianjin. Pasó toda su vida alentando a los jóvenes a hacer todo lo posible para el mejoramiento de la humanidad».
Para muchos, el mayor logro de Eric fue en la esfera deportiva, pero también se lo recuerda por su contribución a la juventud de Tianjin, en China, país en donde nació y al que amaba. Vivió y sirvió por fe.
¿Por qué cosas se acordarán de nosotros? Nuestros logros académicos, posición laboral o éxito financiero quizá nos concedan el reconocimiento de los demás, pero lo que perdurará después de que hayamos partido es el trabajo silencioso que hayamos hecho en la vida de otras personas.
Hebreos 11, el capítulo de la fe en la Biblia, recuerda a Moisés como alguien que prefirió ponerse del lado de los israelitas en vez de disfrutar de los tesoros de Egipto (verso 26). Guió y sirvió por fe al pueblo de Dios.

Señor, muéstrame hoy cómo puedo marcar la diferencia en la vida de los demás.
El éxito verdadero es la fidelidad a Dios.

sábado, 25 de marzo de 2017

¿Una vez salvo, siempre salvo?

¿Una vez que una persona es salva, es siempre salva? Cuando alguien llega a conocer a Cristo como su Salvador, es inducido a una relación con Dios que garantiza una salvación eternamente segura. Numerosos pasajes de la Escritura declaran este hecho:

Resultado de imagen de ¿Una vez salvo, siempre salvo?(a) Romanos 8:30 declara, “Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó”. Este versículo nos dice que desde el momento en que Dios nos escogió, es como si fuéramos glorificados, porque Dios ya lo tiene propuesto en el cielo. No hay nada que impida al creyente ser glorificado un día, porque Dios ya lo ha propuesto en el cielo. Una vez que una persona es justificada, su salvación está garantizada – está tan seguro como si ya estuviera glorificado en el cielo.
(b) En Romanos 8:33-34, Pablo hace dos preguntas cruciales, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”. ¿Quién va a presentar cargos contra los elegidos de Dios? Nadie, porque Cristo es nuestro abogado. ¿Quién va a condenarnos? Nadie, porque Cristo, Aquel que murió por nosotros, es el que condena. Tenemos como nuestro Salvador al abogado y al juez.

Discernimiento: El bisturí que necesitamos

Frente a la multitud de opciones que ofrece la vida en estos tiempos, requerimos de una visión clínica para tomar sabias decisiones.
Imagen relacionadaEl discernimiento es la habilidad de distinguir entre las versiones verdaderas y falsas de la realidad.
Poseer discernimiento es tener una clara percepción, buen juicio, y visión incisiva.
¡Verdaderamente, necesitamos líderes espirituales incisivos! Dicha palabra «incisivo» es muy interesante; la raíz de la misma significa «que corta» o «que penetra» (proviene del latín incidere: incidir). Es precisamente la idea que contiene el término griego del Nuevo Testamento, «discernimiento» (diakrino), que significa separación o distinción. Un líder con discernimiento examina los desafíos y las oportunidades con un bisturí espiritual y mental. Discrimina, sin ser discriminatorio. Juzga, sin ser sentencioso. Separa, sin dividir. 


Ejercer discernimiento es un trabajo delicado. Un líder con discernimiento observa la situación y no se apresura para juzgar, pero es suficientemente audaz como para separar, a la hora de evaluar, la realidad de la percepción. Un buen líder entiende que las percepciones son importantes, y que debe utilizarlas, pero sabe que lo que en realidad pesa es la verdad. Resulta tentador pensar que el liderazgo espiritual es algo subjetivo, en especial cuando hoy en día percibimos que existen distintas «verdades» de una situación dada (hasta «verdades» aparentemente contradictorias). No obstante, un cirujano en la sala de operaciones debe cortar con absoluta precisión el tejido correcto; un piloto que vuela por un valle debe distinguir con exactitud el terreno de ese valle; un ingeniero debe escoger el material indicado, que posea la rigidez y flexibilidad precisa para construir un edificio estable... Si el discernimiento incisivo es necesario para cuestiones físicas, cuánto más lo será para cuestiones espirituales.

¿Qué o c
uánto margen de error puede haber en el discernimiento espiritual? Seguramente cometeremos errores, pero nunca deberíamos cometerlos por ser demasiado apresurados u holgazanes a la hora de realizar el trabajo de discernir; trabajo que implica examinar, probar, comparar, consultar y orar. 

Quien confia en el Señor estará protegido

PROVERBIOS 29:25 “El miedo a los hombres es una trampa, pero el que confía en el Señor estará protegido.”
Millones de personas en la actualidad viven bajo las garras del miedo, del temor. Existen tres clases de miedos o temores: (1) Aquel que es natural y al mismo tiempo, nos preserva del peligro; (2) El temor de Dios, que es bueno y nos ayuda a reverenciar al Señor y (3) El temor destructivo, que nos paraliza y hace daño. Esta última clase de temor es el que no proviene de Dios y nos hace daño.

Los temores destructivos pueden ser causados por malas experiencias del pasado o circunstancias extremas. Es como si la persona quedara “marcada” y afectada para siempre. Nuestra sociedad es una sociedad temerosa, y a menos que vivamos del lado de Cristo, no podremos vivir libres de semejante atadura espiritual.
El versículo del principio nos muestra las dos caras de la verdad; los dos caminos que una persona puede tomar son: a) Por un lado, dejarse llevar por sus miedos o temores y vivir atado a ellos, siendo presa de los mismos. Esta persona caminará frustrada e impedida de disfrutar la vida. Por otro lado, b) Aquél que confía en el Señor, le entrega sus temores, y es protegido por Dios.
La única manera de vencer los temores es confiando en el Señor. La fe en Él es el mejor “anti-temor” que existe, pues nos da tranquilidad, paz y seguridad para enfrentar las circunstancias difíciles, y nos ayuda a ser MÁS que victoriosos. Confiar en el Señor nos hace vivir confiados aún en medio de las más severas tormentas de la vida. Ahora bien, temer o confiar es una decisión propia. ¿Tú ya has decidido de qué lado vas a vivir?
VIVO SIN TEMORES EN LA VIDA, PUES ESTOY DEL LADO DE CRISTO
¡Gracias, porque sólo en ti hay verdadera libertad de mis temores! En el Nombre de Cristo Jesús. Amén.

viernes, 24 de marzo de 2017

¿Por qué condenaron a muerte a Jesús?

La figura Jesús de Nazaret se iba haciendo muy controvertida conforme avanzaba su predicación. Las autoridades religiosas de Jerusalén se mostraban inquietas con el revuelo que el maestro, llegado de Galilea para la Pascua, había suscitado entre el pueblo.
¿Por qué condenaron a muerte a Jesús?Y las fuerzas armadas imperiales también, ya que en unos tiempos en que periódicamente había rebrotes de alzamientos contra la ocupación romana, encabezados por líderes locales que apelaban al carácter innato de los judíos, las noticias que les llegaban acerca de este maestro, que hablaba de prepararse para la llegada de un «reino de Dios», no resultaban nada tranquilizadoras. Unos y otros estaban, pues, prevenidos contra él, aunque por diversos motivos.
Jesús fue detenido y su caso fue examinado ante el Sanedrín. No se trató de un proceso normal, como los requerimientos que exigen, entre otras cosas, que se tramiten de día, sino de un interrogatorio en domicilios particulares para contrastar las acusaciones habidas contra Él o las sospechas que se tenían acerca de su enseñanza. En concreto, sobre su actitud crítica hacia el templo, el halo mesiánico en torno a su persona que provocaba con sus palabras y actitudes y, sobre todo, acerca de la pretensión que se le atribuía de poseer una dignidad divina. Más que las cuestiones doctrinales en sí mismas, lo que realmente preocupaba a las autoridades religiosas era el revuelo que temían provocase contra los patrones establecidos. Podría dar lugar a una agitación popular que los romanos no tolerarían, y de la que se podría derivar una situación política peor de la que mantenían en ese momento.
Estando así las cosas trasladaron la causa a Pilato, y el contencioso legal contra Jesús se llevó ante la autoridad romana. Ante Pilato se expusieron los temores de que Aquel que hablaba de un «reino» podía ser un peligro para Roma. El procurador romano tenía ante él dos posibles fórmulas para afrontar la situación. Una de ellas, la coercitiva («castigo, medida forzosa») que le otorgaba la capacidad de aplicar las medidas oportunas para mantener el orden público. Amparándose en ella podría haberle infligido un castigo ejemplar o incluso haberlo condenado a muerte para que sirviera como escarmiento. O bien, podía establecer una cognitiva («conocimiento»), un proceso formal en que se formulaba una acusación, había un interrogatorio y se dictaba una sentencia de acuerdo con la ley.

Así como Ana derramó su alma

Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía. Y Elcana, su marido, le dijo: Ana, ¿por qué lloras?, ¿por qué no comes?, ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?
Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová,  ella con amargura de alma, oró a Jehová, y lloró abundantemente. E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.
Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella. Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho. 1 Samuel 1:6:17
asi como anaAun cuando Penina se burlaba de ella porque no podía tener hijos, Ana derramó su alma ante el Señor, ¿Cuántas Peninas hay en tu vida que quieren verte estéril y desdichada?, ¿que se burlan y que no creen en ti?
Ana estaba afligida y solo quería concebir para ofrecer su hijo a Dios. Posiblemente muchas personas tengan muchas cosas, mejores dones y talentos que tú, pero los usan para humillar a los demás, y quizás tú tan solo los que quieres, deseas ofrecerlos para la gloria de Dios, así como Ana quería ofrecer a Samuel.
Aunque parezca que todo va en nuestra contra, aunque se levanten Peninas, aunque otros nos digan que estamos ebrios como Elí pensó de Ana, aunque todo parezca que está mal, que puede que se nos hayan acabado nuestras fuerzas, te queda una ALABANZA. Así como Ana, que no se fue a quejar, ni se vengó de Penina; lo único que hizo fue adorar a Dios, y con su humilde oración Dios le concedió el anhelo de su corazón. Porque cuando eres humilde delante de Dios, reconoces que necesitas de su misericordia y que la ayuda solo viene de ÉL, Él peleará por ti y derrotará a tus enemigos, a esas Peninas que quieren apagar tu sonrisa.