miércoles, 30 de diciembre de 2015

Éxito en la Vida Cristiana

“ABRE MIS OJOS, PARA QUE VEA LAS MARAVILLAS DE TU LEY” (Salmo 119:18 LBLA)
Si quieres tener éxito en la vida:
1) No te “duermas en los laureles”. Si tus logros pasados te siguen pareciendo impresionantes en la actualidad, posiblemente te hayas estancado. El apóstol Pablo reconocía sus éxitos, pero siempre se enfocaba en las tareas futuras encomendadas por Dios: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, 14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.” (Filipenses 3:13-14).
2) No te quedes sentado esperando a que lleguen las oportunidades. Si no emprendemos hacer cosas grandes porque nos parecen fuera de nuestro alcance, y no hacemos las pequeñas por carecer de importancia, existe el peligro de que no hagamos nada. El mundo se beneficia de aquellos que hacen algo, no de los que se limitan a hablar de proyectos.
3) No dejes que tus comienzos dicten tu final. George Washington Carver pasó su infancia rodando por diferentes hogares de acogida; hasta que, según se cuenta, la lavandera María Watkings lo encontró dormido en su granero. Ésta no solo lo acogió en su casa sino que además, lo llevó a la iglesia donde el joven tuvo un encuentro con Jesús. Cuando años más tarde el joven se fue de la casa, se llevó la Biblia que la mujer le había regalado. María dejó una huella perenne en la vida de este hombre, y él a su vez dejó su huella en el mundo. Llegó a ser el padre de la agricultura moderna y amigo personal de tres presidentes de los EE.UU., de Henry Ford y de Gandhi. A Washington Carver se le atribuyen más de trescientos inventos. Pero lo más extraordinario es que a pesar de los impedimentos, nunca fue una persona recelosa ni trató de vengarse. Tenía la costumbre de acudir al laboratorio cada mañana y orar: “Abre mis ojos para que vea.” Con una actitud semejante, Dios no podía hacer otra cosa que bendecirlo.

martes, 29 de diciembre de 2015

Jesucristo es a quien necesitamos, Él es suficiente

Aparecerán muchos falsos profetas y engañarán a mucha gente. Abundará el pecado por todas partes, y el amor de muchos se enfriará; pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. Y se predicará la Buena Noticia acerca del reino por todo el mundo, de manera que todas las naciones la oirán; y entonces vendrá el fin. Mateo 24:11-14 (Nueva Traducción Viviente)

Desde que inicié mi vida en Cristo he contado con el privilegio de experimentar diversas circunstancias, de las cuales algunas han llegado a mi vida con el propósito de desviarme de la verdad, del camino y de la voluntad de Dios. Sin embargo, he sido afortunada porque la misericordia y la gracia del Señor me han alcanzado en cada situación, y en lugar de alejarme de Él, estas experiencias me han servido para reafirmar una vez más, dónde debo poner mis ojos y de quién debo depender en todo tiempo; obviamente, de Jesucristo.

Muchas veces, en el afán de conocer a Dios, me encontré en el camino con diferentes predicadores, autores de libros, pastores y en general, líderes ministeriales a quienes escuchaba y de quienes tomaba ciertas enseñanzas que enriquecían mi crecimiento espiritual; desafortunadamente, no puedo decir lo mismo de todos, pues algunos de ellos infundieron otro tipo de expectativas en este área de mi vida, debido a sus supuestas revelaciones y conocimientos del reino de Dios.

El peligro con este asunto es que, sin querer y sin saber en qué momento, podemos ir adoptando algunas de sus vanas enseñanzas, lo cual nos aleja cada vez más del propósito de Dios y de su Verdad; y lo peor de todo, es que todo esto obra de una forma muy sutil y solo caes en la cuenta del error por la misericordia de Dios, quien te saca de esa oscuridad y de ese camino lleno de tinieblas.

Muchas personas se sienten seguras y firmes en el Señor porque tienen cierto nivel de conocimiento acerca de la Palabra, porque llevan muchos años en los caminos del Señor, porque son líderes ministeriales o porque administran una gran obra; sin embargo, la manera tan sutil con la que podemos caer en el error, nos deja en una posición un tanto vulnerable y no importa cuánto se sepa de la Biblia, qué título ministerial se tenga o cuántos años se lleve siguiendo al Señor; precisamente la mayor debilidad que tenemos los seres humanos, es confiar demasiado en nosotros mismos, lo cual nos pone en peligro por la cantidad de ideologías y filosofías humanas que tergiversan o adulteran la Palabra de Dios, y que cada día sobreabundan por todos los medios, incluso y desafortunadamente, muchas veces en las mismas iglesias; iglesias que dicen seguir a Jesucristo, y es en donde más contaminación existe de la Palabra de Dios; y sí, lo más grave es que aquellos, sedientos en su afán por pretender aprender y crecer en el Señor, o muchas veces por hacer crecer el ministerio, muy ligeramente van adoptando y enseñando a los demás el conocimiento del hombre y no el conocimiento de Dios, inscrito en su Palabra.

Tu Verdadera Identidad Personal

“No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.” 1 Pedro 3.3-4
La palabra griega “Cosmos” es utilizada 187 veces en el Nuevo Testamento. Es definida como tierra, universo, mundo, humanidad, arreglo armonioso, orden, adorno. Es el orden creado de las cosas, el orden que Dios puso en el universo cuando lo creó. 186 veces la palabra “Cosmos” es traducida como “mundo” en la traducción Reina Valera. Y solo una vez es traducida como “adorno”, y de forma implícita, ésta es precisamente la del versículo mencionado.
A través del orden y diseño, aprendemos a reconocer las cosas. Este es el caso de nuestros sentidos. El maquillaje de todo es ordenado de tal manera que siempre es reconocido como tal. Cuando pruebas algo nuevo, estás iniciando un nuevo patrón u orden. Cuando escuchas un idioma nuevo, se te presenta por primera vez a un nuevo orden de sonidos.
Cuando conoces a una persona nueva, se te presenta un nuevo orden de imagen, habla, personalidad, etc. Pero cuando pruebas, ves, escuchas o tocas algo reconocible, eso es una combinación de patrones que realmente ya conoces.
Podría decirse que cada uno de nosotros tenemos nuestro propio orden; en cierto sentido, somos nuestro propio mundo. Es este un orden o arreglo de las cosas que nos hace individuos únicos y reconocibles. En cierto sentido, la gente conoce nuestro arreglo cuando nos conocen de verdad, hasta nuestro interior.

¡Usted ha ganado!

Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios. Lucas 12:20-21
Inline image 1Esto es lo que leemos en numerosos mensajes publicitarios: nuestro nombre, escrito con grandes letras, confirma que hemos sido seleccionados para participar en un sorteo de premios millonarios, automóviles, viajes, etc. ¡Y todo gratis! Esas promesas, muchas veces falaces, mentirosas, estimulan el deseo de tener más comodidades y diversiones gracias a "un poco de suerte".
Satanás, a quien la Biblia llama “el príncipe de este mundo”, hace todo y más para desviar a los hombres de las preguntas fundamentales que cada persona debe hacerse. Para alcanzar su objetivo nos incita a desear cada vez más, dinero, éxito social… La Biblia también lo llama “padre de mentira” (Juan 8:44). Pero Jesús declara: “¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:25).
Todavía hoy, Jesús se dirige a nuestro corazón y a nuestra conciencia. Él es la única respuesta a nuestras aspiraciones más profundas. Al que cree en Él, en su muerte expiatoria en la cruz, Jesús le da la paz, la felicidad, la seguridad de la vida eterna y el gozo, independientemente de cuáles sean las circunstancias.
Pablo dijo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo (Filipenses 3:7-8). ¡Ésta es la verdadera ganancia, la verdadera riqueza!

Lo que la Desobediencia se llevó

Conmoción en Polonia. El presidente polaco, Lech Kaczynski y su esposa, junto con casi todo su gabinete presidencial y los principales jefes del Ejército del país, han perdido la vida al estrellarse el avión en el que viajaban, cuando éste intentaba por cuarta vez aterrizar en el aeropuerto de Smolensk, en el oeste de Rusia.
La investigación de las cajas negras descartó un fallo en el aparato, siendo la causa del accidente la desobediencia del piloto a la torre de control del aeropuerto militar de Smolensk (Rusia), al negarse a abortar el aterrizaje por la meteorología adversa de la zona.
La decisión del piloto del avión de no acatar las advertencias de la torre de control, costó la vida de 97 personas entre pasajeros y tripulantes que estaban en la aeronave.
Son muchas las tragedias que se escuchan a diario por accidentes viales, la mayoría de ellos ocurridos por conculcar las leyes de tránsito…. o cuánta gente perece ahogada en el río o mar, por ir a bañarse a lugares acotados.
Hubo un personaje bíblico cuya desobediencia a Dios trajo para él, consecuencias terribles… Al desgranar la Palabra obtenemos una enseñanza espiritual firme acerca de la importancia de OBEDECER a DIOS en todo.

lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Creó Dios el mal?

En un principio parecería que si Dios creó todas las cosas, el mal debería haber sido creado por Dios. Sin embargo, esto es una suposición que necesita ser aclarada. El mal no es una “cosa” como una roca o la electricidad. ¡No puedes tener una jarra de mal! Mas bien, el mal es algo que ocurre, como el correr. El mal no existe por sí mismo, realmente es la carencia de una cosa buena. Por ejemplo, los hoyos son reales, pero solo existen en algo más. Llamamos a un hoyo la falta de tierra, pero no puede ser separado de la tierra. Cuando Dios hizo la creación, es verdad que todo lo que existía era bueno. Una de las cosas buenas que Dios hizo fueron criaturas con la libertad de elegir el bien. Pero para hacer una elección real, Dios tuvo que permitir algo más que el bien para poder elegir. Así que Dios permitió a estos seres libres, tanto ángeles como humanos, elegir entre el bien y la ausencia de éste (el mal). Cuando existe una mala relación entre dos cosas buenas, le llamamos “el mal”, pero esto no lo convierte en una “cosa tangible” que haya requerido la creación de Dios.

Tal vez la siguiente ilustración nos ayude. Si le preguntara a una persona común “¿existe el frío?”,
 su respuesta sería que sí. Sin embargo, esto es incorrecto. El frío no existe. El frío es la ausencia de calor. De la misma forma, la oscuridad no existe, es la consecuencia de la falta de luz. Igualmente, el mal es la ausencia del bien, o mejor dicho, el mal es la ausencia de Dios. Dios no creó el mal, sino que más bien solo permitió la ausencia del bien.

Miremos el ejemplo de Job en los capítulos 1 y 2 del libro de Job. Satanás quería destruir a Job, y Dios le permitió a Satanás hacer lo que quisiera con él excepto matarlo. Dios permitió que esto sucediera para probarle a Satanás que Job era justo porque amaba a Dios, y no porque Dios lo hubiera bendecido en gran manera. Dios es soberano y tiene el control absoluto de cualquier cosa que sucede. Satanás no puede hacer nada sin el “permiso” de Dios. Dios no creó el mal, solo lo permite. Pues si Dios no permitiera la posibilidad del mal, tanto ángeles como humanos servirían a Dios por obligación y no por decisión. Dios no quiso crear “robots” que simplemente hicieran lo que Él quería que hicieran mediante su “programación”. Dios permitió la posibilidad del mal, para que pudiéramos tener la libertad de elegir si queremos servirle o no.

¿Me ama Dios?

Dios te ama, y te ama con un amor del cual no sabes nada al respecto, porque no hay amor humano comparable al amor divino.
Dios te ama. Él quiere perdonarte. Dios quiere tener una relación contigo. No importa cuánto te quieras alejar de Dios. Él te ama. Tiene sus ojos sobre ti. Te ve.
Dios nos creó a su imagen y semejanza, y tú como persona eres importante para Dios.
“Dios creó al ser humano a su imagen.” − Génesis 1:27
La Biblia dice que Dios tiene enumerado cada cabello de tu cabeza. Cada momento de tu vida es observado por Dios.
“Aun los cabellos de su cabeza están contados.” Lucas 12:7
Dios está escuchando y Dios te ama. Él es tu amigo, te abrazará, Él te entiende, te contesta y comprende tus problemas.
Dios te ama, y la Biblia dice que Él envió a su Hijo del cielo a esta tierra por ti. Jesucristo vino a la tierra para llevarse tus pecados a la cruz.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan  3:16
Él hubiese muerto aunque fueses la única persona en la tierra. Él te ama, jamás se te olvide.
“Dios es amor.” 1 Juan 4:16
Cuando Jesucristo fue clavado en la cruz, lo hizo por ti. Tanto nos ama. La Biblia dice: “Te amaré con un amor infinito” por siempre..."
Dios te ama, y tiene un plan para tu vida.

Las obras del creyente


Cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Mateo 10:42
Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. Marcos 14:9

La Palabra de Dios establece claramente que el hombre no se vuelve justo ante Dios haciendo buenas obras: “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Dios)” (Romanos 3:20; Gálatas 2:16). Pero el creyente, una vez salvo solo por la gracia divina, no se quedará inactivo, sino que mostrará su fe sirviendo a Dios, pues “la fe sin obras es muerta” (Santiago 2:20). Verdaderamente, se puede dudar de la realidad de la fe de alguien que no haga nada para honrar a su Salvador.

Noemí: De la Amargura a la Alegría

“Así regresó Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, quien quería acompañarla de todo corazón. Regresaron, pues, de la tierra de Moab al inicio de la cosecha de cebada”.
(Rut 1:22)
Noemí tenía su corazón triste, se sentía afligida y amargada. Había perdido a su esposo y luego a sus dos hijos. En compañía de su nuera Ruth regresó a Belén de Judá. La ciudad estaba regocijada en volverla a ver, sin embargo, Noemí les dijo: “No me llamen Noemí. Más bien llámenme Maritat-naswha (amargada del alma).
Ella se había ido llena de alegría, y años más tarde regresaba hundida, vacía, sentía que no tenía nada. Pensaba que Dios la había afligido y castigado. Pero a pesar de las cosas tristes y negativas que ocurrieron en la vida de Noemí, algo muy bueno estaba por ocurrirle. Dios obró de una manera hermosa en la vida de Rut y Noemí. Rut amaba de verdad a su nuera y la obedecía en todo lo que le dijera.
Dios permitió que Rut conociera a Booz y que hallara gracia delante de sus ojos. Este hombre al principio se mostró solidario, compasivo y les brindó alimento. Luego, cuando Rut le pide a Booz que extendiera el borde de su capa sobre ella, por cuanto él era pariente cercano, él estuvo de acuerdo. Booz la redimió, se casó con Ruth y amparó a Noemí. Pero para que ustedes vean la forma tan linda en la que Dios obró en la vida de Noemí y cómo le quitó la amargura, aquí están los últimos versos que relatan lo que sucedió…