Esto es lo que leemos en numerosos mensajes publicitarios: nuestro nombre, escrito con grandes letras, confirma que hemos sido seleccionados para participar en un sorteo de premios millonarios, automóviles, viajes, etc. ¡Y todo gratis! Esas promesas, muchas veces falaces, mentirosas, estimulan el deseo de tener más comodidades y diversiones gracias a "un poco de suerte".
Satanás, a quien la Biblia llama “el príncipe de este mundo”, hace todo y más para desviar a los hombres de las preguntas fundamentales que cada persona debe hacerse. Para alcanzar su objetivo nos incita a desear cada vez más, dinero, éxito social… La Biblia también lo llama “padre de mentira” (Juan 8:44). Pero Jesús declara: “¿Qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” (Lucas 9:25).
Todavía hoy, Jesús se dirige a nuestro corazón y a nuestra conciencia. Él es la única respuesta a nuestras aspiraciones más profundas. Al que cree en Él, en su muerte expiatoria en la cruz, Jesús le da la paz, la felicidad, la seguridad de la vida eterna y el gozo, independientemente de cuáles sean las circunstancias.
Pablo dijo: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:7-8). ¡Ésta es la verdadera ganancia, la verdadera riqueza!
No hay comentarios:
Publicar un comentario