martes, 17 de diciembre de 2019

La posesión exclusiva de Dios

Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa. 1 Pedro 2;9
Imaginemos un salón enorme. Sentado en el trono hay un gran rey, rodeado de toda clase de asistentes, cada uno comportándose correctamente. Ahora imaginemos una caja a los pies del rey. De vez en cuando, el rey mete su mano en ella y toca su contenido. ¿Qué hay en la caja? Joyas, oro y piedras preciosas que son sus preferidas. La caja contiene las posesiones exclusivas del rey; una colección que lo alegra mucho. ¿Puedes imaginarte esto?
En pasajes del Antiguo Testamento, como Éxodo 19:5, Deuteronomio 7:6 y Salmo 135:4, esa "posesión" o "tesoro especial" hace referencia al pueblo de Israel. Pero el Nuevo Testamento muestra la misma imagen de la pluma del apóstol Pedro, quien describe al "pueblo de Dios", como aquellos que habían "alcanzado misericordia" (verso 10); israelitas o no. En otras palabras, los que creen en Jesús, tanto judíos como gentiles. Y agrega: Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey, una nación santa, posesión exclusiva de Dios.(verso 9 ntv).
¡Imagínate! El gran y poderoso Rey del cielo te considera parte de su tesoro especial. Te rescató de las garras del pecado y la muerte. Te reclama como suyo. Su voz declara: A este es a quien amo. Este es mío. 

Altísimo Rey del cielo, gracias por considerarme tu posesión exclusiva, tu especial tesoro. Sé que no es por lo que yo haya hecho, sino por todo lo que Tú eres.

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