Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarlo? 15 Y si un hermano o una hermana están desnudos y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, 16 y alguno de vosotros les dice: «Id en paz, calentaos y saciaos», pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?17 Así también la fe, si no tiene obras, está completamente muerta. 18 Pero alguno dirá: «Tú tienes fe y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras y yo te mostraré mi fe por mis obras. Santiago 2;14-18

Actualmente, el orfanato que fundó alberga a 50 niños bien alimentados y atendidos, los cuales aprenden de Jesús y reciben educación; todo porque un hombre no dejó para después lo que sabía que Dios le estaba pidiendo que hiciera.
El mensaje de Santiago también se aplica a nosotros. Nuestra fe en Jesucristo nos brinda grandes ventajas: relación con Dios, una vida abundante y esperanza futura. Pero ¿cómo beneficia esto a los demás si no ayudamos a los necesitados? Escucha el clamor: «¡Tengo hambre ahora!».
Señor, guía mis pasos para ayudar ahora mismo.
¿Qué necesidades te conmueven? ¿Qué puedes hacer para ayudar a los demás, aunque parezca insignificante?
No hay comentarios:
Publicar un comentario