miércoles, 9 de mayo de 2018

Mi peor enemigo

 mi peor enemigo

Fui yo la que tiró del gatillo.
Fui yo la que dijo sí al pecado.
Fui yo quien dijo sí al error
que una y otra vez rondaba en mi mesa y me pedía lo cometiera.
Fui yo la que se lastimó con palabras desalentadoras.
Fui yo la que se dijo mirar atrás.
Fui yo la que pensó en necedades de adolescente.
Y fui yo quien se dijo no poder.
Fui yo la que se decoró de inseguridades.
Y fui yo quien se lastimó con múltiples terquedades.
Y aunque no parezca está dentro de mí.
Y en ocasiones me miente tan bien que llego a pensar que dice la verdad.
Y aunque tenga la seguridad de que su amistad es dañina,
en varias ocasiones la he hecho mi mejor amiga.
No es que algo malo pase conmigo,
y no se trata de encontrar culpables exteriores
aunque tengan responsabilidades.
Fuimos realmente nosotros quienes escogimos la tristeza,
porque el enemigo no viene de afuera,
el enemigo está fluyendo dentro de ti y de mí.
El enemigo en ocasiones somos nosotros mismos.
El enemigo no siempre es la compañera de escuela,
el novio malo, la madre intolerante o el hermano orgulloso.
El enemigo generalmente somos nosotros mismos,
quienes nos desalentamos y minimizamos con una habilidad increíblemente fea.
Somos nosotros quienes pensamos que no somos capaces,
y que es mejor seguir de largo y seguir evitando el reto.
A veces pensamos que las demás personas son nuestros peores enemigos,
pero en realidad somos nosotros en muchas ocasiones nuestro peor enemigo.
Enemigo o no, si ahora te das cuenta que tienes que cambiar ¡da el paso de una vez!
Y a ese enemigo que vive dentro de ti haz de él tu amigo.

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