sábado, 22 de abril de 2017

Dios es Dios de Planes… ¿Si eres su Hijo No Deberías Tener Uno?

La visión general nos conduce hacia las metas. Por medio de ella vemos a dónde deseamos llegar, o a dónde Dios nos quiere llevar. Por otra parte, la misión compromete nuestra obediencia y esfuerzo. Dios le dijo a Josué: “Solamente esfuérzate y sé muy valiente,  para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas”. Josué 1:7. Y esta misión, ocurre dentro de un plan que trasciende a los propios protagonistas.
Los términos presentes en lo que hemos examinado hasta ahora, explícita o implícitamente, son:
•    Plan (el fin estratégico de Dios)
•    Visión (expresión descriptiva)
•    Misión (compromiso con la causa, por medio de la obediencia)
•    Presupuesto (es el precio de dejar una tierra y conquistar otra)
•    Tiempo (cada acción fue llevada a cabo en un tiempo específico)
•    Metas (objetivos claros y bien definidos)
•    Estrategias (para cada movimiento y para cada ciudad que tomó el pueblo de Israel había una)
•    Recursos (Israel llevó consigo las riquezas de Egipto, Éxodo 11:2, y Dios mismo peleando la batalla con ellos y por ellos, era el recurso más grandioso y garantía de éxito.
Josué 5:13 dice: Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? Josué 5:14 Él respondió: No; mas como Príncipe del ejército de Jehová he venido.
•    Beneficiarios (todos los descendientes de Abraham).
Estos eran los componentes del Plan estratégico de Dios para con su pueblo Israel. Dios tenía un gran proyecto en mente, y éste respondía a ciertas preguntas que siguen un orden lógico, dentro de un marco coherente. Los interrogantes son:
•    Qué (Qué se quiere hacer o lograr) = Visión
•    Quiénes (Quiénes serán comisionados para hacer) = Misión
•    Con qué (Con qué lo vamos a hacer) = Recursos
•    Dónde (Dónde lo vamos a hacer) = Territorio asignado.
•    Cuándo (Cuándo lo vamos a hacer) = Tiempo
•    Cómo (Cómo lo vamos a hacer) = Planificación, Estrategia y Operativa.
•    Para qué – por qué (Para qué y por qué lo vamos a hacer) = Cuál será el beneficio o propósito, y quiénes serán los beneficiarios.
Cuando somos guiados por el Señor, aquí equivale decir guiados por el Espíritu. 2 Corintios 3:17  dice: “Porque el Señor es el Espíritu”, entonces nuestra vida es elevada a un nivel superior y comienza a ser guiada en el orden divino, dentro de un marco de coherencia divina, que para la mente no renovada en Cristo puede sonar a locura.
Dice 1 Corintios 2:14… “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”. No significa que si se es guiado por el Espíritu tenga que ser un improvisado, llevado por el “sentimiento”.
Consideremos además, que este sentir no siempre es consecuencia directa de la palabra profética más segura, la Palabra de Dios. El texto citado dice que el hombre espiritual discierne lo que percibe.
Discernir significa distinguir una cosa de otra, señalando la diferencia que hay entre ellas. Entonces, alguien que es guiado por el Espíritu, es alguien que tiene una visión clara en su espíritu. Por tal motivo, puede distinguir objetivamente entre una cosa que es de Dios, y otra que se parece a algo de Dios.
El que discierne ve las cosas con tanta claridad que puede hacer un relato detallado de lo que discierne.
Fíjese lo que las Escrituras dicen del profeta Daniel:
•    Daniel 6:3 “Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”.
¿Por qué razón había en Daniel un espíritu superior?
•    (Biblia Latinoamericana 1995) Daniel 1:17: (Porque) Dios les concedió a esos cuatro jóvenes la sabiduría y la inteligencia, tanto en literatura como en filosofía; Daniel era hábil para explicar las visiones y los sueños.
Una persona que ha desarrollado la capacidad de explicar una visión, sea ésta una visión profética, o una visión perteneciente al plano natural, es una persona que tiene profunda claridad de los hechos presentes y los venideros. Por lo tanto, es la persona más indicada para guiar a un objetivo específico y exitoso a quien o a quienes lo sigan.
Esta fue la virtud que vio Darío (Daniel 6:1-3) en el profeta Daniel, y por este motivo su pensamiento fue ponerlo por sobre todos los gobernadores de su reino.
Otro ejemplo de esto, fue José. Faraón tuvo un sueño profético y le fue informado que José tenía la habilidad de explicar visiones (sueños). Por tal motivo, José fue traído a su presencia y Faraón le contó su visión nocturna, de la cual José le hizo una descripción en detalle. Por ello, agradó a Faraón poner a José a gobernar sobre todo Egipto; sólo él (el Faraón) estaría sobre él en cuanto a autoridad. Dice el texto bíblico que una vez que José tomó el gobierno en sus manos, su administración fue próspera y bendecida por Dios, pues llevó a cabo un plan estratégico sustentable y sostenible que permitió salvar a todo Egipto de la calamidad del hambre.
¿Qué tenían en particular José y Daniel? La respuesta es que tenían la habilidad de describir una VISIÓN. No solo eran hombres de visión, sino que la podían describir claramente y sabían qué hacer con ella. Muchas personas son como Nabucodonosor en el tiempo de Daniel y Faraón en el tiempo de José, que tienen sueños o visiones y no saben qué hacer con ellos.
De nada sirve, hermano, que vivamos soñando y anhelando cosas grandes que podemos construir en nuestra imaginación a modo de visión, si no diseñamos un plan, nos ponemos manos a la obra y bregamos por la concreción de lo que visionamos.

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