Jehová había dicho a Abram: «Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Génesis 12;1
Para nuestro aniversario de bodas, mi esposo alquiló
una bicicleta tándem para que disfrutáramos de una romántica aventura juntos. Al
empezar a pedalear, me di cuenta de que, como yo iba atrás, los amplios
hombros de mi esposo tapaban mi visión del camino. Además, mi manubrio era
fijo y no afectaba a la dirección de la bicicleta. El manubrio frontal era el que
determinaba nuestra dirección; el mío servía solo para apoyarme. Tenía la opción
de sentirme frustrada por mi falta de control o disfrutar del paseo y confiar en
que Mike nos guiaría a salvo por el camino.Cuando Dios le pidió a Abram que dejara su tierra y su familia, no le dio demasiada información respecto al destino. Nada de coordenadas geográficas. Ninguna descripción de la nueva tierra o de sus recursos naturales. Ni siquiera una indicación del tiempo que llevaría llegar allí. Dios simplemente le dijo que fuera a la tierra que le mostraría. La obediencia de Abram a la instrucción divina, a pesar de la falta de detalles que la mayoría de los humanos anhela, se le atribuye como fe (Hebreos 11:8).
Si nos enfrentamos a la incertidumbre o a la falta de
control en nuestra vida, imitemos el ejemplo de Abram de confiar en Dios y
seguirlo. Él nos guiará bien.
Señor,
ayúdame a confiar en ti en los momentos inciertos de mi vida.
Podemos
confiar en la guía de Dios.
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