jueves, 9 de marzo de 2017

Ayuno Cristiano - ¿Qué dice la Biblia?

Resultado de imagen de ayuno cristiano evangelicoLa Escritura no ordena que los cristianos ayunen. No es algo que Dios requiera o demande de los cristianos. Al mismo tiempo, la Biblia presenta el ayuno como algo bueno, beneficioso y esperado. El libro de Hechos registra el ayuno de creyentes antes de tomar decisiones importantes (Hechos 13:414:23). El ayuno con frecuencia va ligado a la oración (Lucas 2:375:33). Aunque a veces el objetivo del ayuno es la falta de alimento, en cambio, el propósito del ayuno debe ser quitar los ojos de las cosas de este mundo y concentrarse en Dios. El ayuno es una manera de demostrar a Dios, y a ti mismo, que tomas en serio tu relación con Él. El ayuno te ayuda a obtener una nueva perspectiva y una renovada confianza en Dios.

Aunque en la Escritura casi siempre el ayuno es la abstención de alimentos, existen otras maneras de ayunar. Cualquier cosa que puedas ceder temporalmente con el fin de concentrarte más en Dios, puede ser considerado como un ayuno (1 Corintios 7:1-5). El ayuno debe estar limitado a un tiempo determinado, especialmente cuando el ayuno es de comida, porque los largos períodos de tiempo sin comer son dañinos para el cuerpo. La intención del ayuno no es castigar al cuerpo, sino el enfocarse en Dios. El ayuno tampoco debe ser considerado como un “método de dieta”. No ayunes para perder peso, sino para ganar una relación más profunda con Dios. Sí, todos pueden ayunar. Algunos pueden no estar en condiciones para el ayuno alimenticio (por ejemplo los diabéticos), pero todos pueden abstenerse temporalmente de algo para concentrarse en Dios.

Al apartar nuestros ojos de las cosas de este mundo, podremos enfocarnos más en Cristo. El ayuno no es una forma de lograr que Dios haga lo que deseamos, nos cambia a nosotros, no a Dios. El ayuno no es una manera de parecer más espirituales que otros. El ayuno es para situarse en un espíritu de humildad con una actitud gozosa. Mateo 6:16-18 declara, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”


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