lunes, 16 de enero de 2017

Optimismo

Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: “Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos”». Números 13: 30

Resultado de imagen de OptimismoCaleb era optimista; un santo optimista. Un hombre con una extraordinaria visión de futuro. Su optimismo se basaba en su confianza en las promesas divinas. El optimismo está relacionado con la responsabilidad que asumes, o no, ante las circunstancias, es decir, aceptas ser el responsable por lo que te sucede, y entonces te preguntas qué es lo que puedes hacer, con la ayuda de Dios, a fin de mejorar o cambiar la situación presente de las cosas.
Ése era el caso de Caleb. El pueblo estaba dominado por el miedo, pues el enemigo era poderoso; una comparación del armamento de ambos demostraba que Israel no tenía las condiciones mínimas adecuadas para enfrentarse a los cananeos. Pero Caleb veía algo que los demás no veían: su confianza radicaba en las promesas de un Dios que no conoce la derrota.
El optimista se apoya en las promesas de Dios; por el contrario, el pesimista se siente impotente frente al mundo o, incluso, frente a sí mismo, y espera a que las circunstancias externas cambien para hacer algo al respecto.
La confianza en Dios llevaba a Caleb a verse a sí mismo corno agente o causa de sus circunstancias; por su parte, el pueblo, temeroso y pesimista, se veía como víctima de ellas.
Mientras vivas en este mundo, los desafíos y las circunstancias difíciles siempre estarán ante ti. No existe tal cosa como un camino alfombrado solo de flores. Dios jamás prometió a sus hijos que los libraría de los problemas; lo que les prometió fue que, en los momentos difíciles, Él estaría con ellos, sosteniéndolos frente a los embates de la vida.

Comienza este nuevo día con estos pensamientos en la mente y en el corazón, sin importar las barreras que encuentres delante de ti. El enemigo puede ser poderoso y puede estar armado hasta los dientes. Desde la lógica humana, es posible que tú no tengas la más mínima posibilidad de vencer, pero enfrenta tus desafíos usando la lógica divina. Confía en el Señor y, como Caleb, di: «Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos».

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