En el texto citado, Dios es llamado el Salvador. Esta palabra puede traducirse también por “el conservador” de todos los hombres, pues no dejará de guardar sus vidas sobrepasando todos los peligros. "Él quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Este gran Dios Salvador envió a la tierra a su propio Hijo, Jesucristo hombre, quien “se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:4,6). Todo hombre puede, pues, ir a Dios, confesarle sus pecados y creer que el rescate también fue pagado por Él, por sus pecados. ¿Quién querría rechazar esta oferta?
Pero Dios no solo es un Dios Salvador que nos protege del juicio venidero, pues también es el preservador de todos los hombres. “Sustenta todas las cosas con la palabra de su poder” (Hebreos 1:3). Es el Dios vivo, el creador de todas las cosas: “No se dejó a sí mismo sin testimonio, haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones” (Hechos 14:17).
Todo creyente puede y debe tener la seguridad de que Dios también sostiene su vida; puede decir: Dios me ama y cuida de mí en cada momento. Conoce el curso de mi vida mucho mejor que yo; Él prepara y provee para todas mis necesidades.
¿Qué se desprende de la expresión “esperamos en el Dios viviente”? Significa que nos apoyamos confiados en un Dios que vive eternamente, que es todopoderoso y puede cumplir lo que prometió en la Biblia.
¿Qué se desprende de la expresión “esperamos en el Dios viviente”? Significa que nos apoyamos confiados en un Dios que vive eternamente, que es todopoderoso y puede cumplir lo que prometió en la Biblia.
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