martes, 29 de noviembre de 2016

¿Cómo sé cuál es mi don espiritual?

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No existe una fórmula mágica o examen espiritual que pueda decirnos exactamente cuáles son nuestros dones espirituales. El Espíritu Santo distribuye Sus dones de acuerdo a Su voluntad (1 Corintios 12:7-11). Al mismo tiempo, Dios no quiere que ignoremos la manera en que desea que le sirvamos. El problema es que es muy fácil quedarnos atrapados en aquellos dones con los que buscamos servir a Dios, solo en el/las áreas en las que sentimos que tenemos el don espiritual. Y no es así como funcionan los dones del Espíritu. Dios nos llama a servirle con obediencia, y Él nos equiparará con cualquier don o dones que necesitemos para llevar a cabo la o las tareas a las que Él nos ha llamado.

La identificación de nuestros dones espirituales puede llevarse a cabo de varias maneras. Las pruebas o análisis para detectarlos, aunque no son totalmente fiables, sí, pueden ayudarnos a entender dónde podrían estar nuestras dotes espirituales. La confirmación por parte de otros, también nos puede dar luz sobre nuestros dones espirituales. Con frecuencia otras personas que ven nuestro servicio al Señor, pueden identificar el uso de nuestro don espiritual, que tal vez nosotros no hayamos identificado o reconocido. La oración también es importante. Pero la persona que sabe exactamente cómo hemos sido dotados espiritualmente es El Dador mismo – el Espíritu Santo. Podemos pedirle a Dios que nos muestre en qué área nos ha capacitado para hacer un mejor uso de nuestros dones espirituales para Su gloria.


Sí, Dios llama a algunos a ser maestros y les da el don de la enseñanza. Dios llama a otros a ser siervos y los bendice con el don del servicio. Sin embargo, conocer específicamente nuestro don espiritual, no nos exime de servir a Dios en áreas fuera de nuestros dones. ¿Es beneficioso saber cuál es o son los dones espirituales con los que Dios nos ha dotado? Desde luego que lo es. ¿Está mal que nos enfoquemos demasiado en los dones espirituales, al extremo de perder otras oportunidades de servir a Dios? ¡Sí! Si nos dedicamos a ser utilizados por Dios, Él nos equiparará con los dones espirituales que necesitemos.

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