Esta acción me sirve para reflexionar sobre esto, ¿qué pasaría si a la Palabra de Dios le ponemos nuestro nombre? La Palabra de Dios nunca va a cambiar tu vida hasta que la hagas “personal” para ti, hasta que la hagas tuya, que la vivas. O sea, si la Biblia es el “Manual de Vida”, cada nombre nuestro debe verse reflejado allí. Podremos declarar las promesas de Dios en sentido personal, como nuestras, podremos declarar proféticamente que lo que no somos lo seremos, si estamos como protagonistas de la obra de Dios.
Una forma de personalizar la Palabra de Dios es colocando el nombre de cada uno de nosotros entre las líneas, para poder visualizar y sentir a Dios como un Dios personal.
Todo aquello que es especifico se vuelve dinámico, es decir, que lo que podemos definir con detalle tiene la capacidad de volverse activo y cumplirse; cuando los objetivos y las metas son muy vagas y no tienen la capacidad de ser logradas, al establecerlos de manera específica y clara se activa el poder de ser cumplidas. De esta forma, con la aplicación de la Palabra de Dios en nuestras vidas, la volvemos dinámica cuando nuestro nombre está específicamente escrito entre las líneas de los versos.
Sabemos que Jesús fue a la cruz por cada uno de nosotros, por lo tanto, la obra completa de Dios es también individual; “el Señor es mi Señor y su Palabra es mi palabra”; si esto lo hacemos real podríamos escribir nuestro nombre entre líneas en los versículos de la Palabra de Dios, para así hacer que Su Palabra sea personal, por ejemplo, tomemos como referencia a 1 Corintios 15:57 (NVI) que dice originalmente así, ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!, al personalizarla seria así, ¡Pero gracias a Dios, que a Juan Carlos le da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!
La versión personalizada de Romanos 8:37 es así, “Sin embargo, en todo esto Juan Carlos es más que vencedor por medio de aquel que nos amó (de Jesús)”.
Miles de versos, promesas de Dios, declaraciones proféticas, oraciones y demás están en la Biblia esperando por ti, para que tu nombre, por fe, sea agregado en ellas…. Es tu turno.
“Señor, gracias por tener una relación personal conmigo. Quiero hacer de Tu Palabra mi Palabra; anhelo ser alimentado(a) por ti, tener sabiduría para actuar y vivir acorde con tus principios. Creo que soy más que vencedor para lograrlo en ti, lo creo y declaro en el nombre de Jesús, Amen”.
“Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca.” Mateo 7:24 (NVI)
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