martes, 20 de septiembre de 2016

Es hora de cambiar

La mayoría de las veces nos pasamos la vida buscando la aceptación de familiares, personas y situaciones a cambio de nada. Y por el camino solo logramos encontrar, día a día, falta de sosiego y un vacío cada vez mayor, el cual lo solemos llenar con distracciones y tentaciones que nos alejan cada vez más de Dios.
Resultado de imagen de Es hora de cambiarAl encontrarnos con estos engaños y vernos sumidos en la más grande depresión, en lo más profundo de nuestro ser, en silencio total, por fin escuchamos la voz que hemos venido acallando durante toda nuestra vida, y ésa es la voz de nuestro Señor, que siempre ha estado allí acompañándonos en nuestro trasiego y nunca le prestamos atención...
... Hasta que llega el momento de la iluminación, y verdaderamente encontramos esa voz diciéndonos todas nuestras faltas y desvíos, pero a la vez mostrándonos el camino correcto a seguir y susurrándonos al oído: "tranquilo, yo estoy aquí a tu lado y siempre lo estaré". Esa es la gran satisfacción de reencontrarnos con Dios, que Él siempre ha estado, está y estará con nosotros en nuestras vidas.
Nunca es tarde para correr a sus brazos, nunca es tarde para decir un "te quiero" y nunca es tarde para seguir su palabra. Siempre es el momento indicado para hablar con Él, porque Él siempre nos escuchará y nos hará sentir que somos sus hijos adorados.
Creer en esa voz es renovar la fuerza interior día tras día, es hacer de nuestra vida un lugar más placentero con la llenura de su bondad y amor, es lograr paz y comunión entre todos nosotros, ser portadores de su mensaje y lograr que éste sea replicado a todos los que conocemos y queremos.
Tratar de ser mejor es la enseñanza que Dios nos da con su palabra, y lograrlo es solo parte del plan que Él tiene para nosotros.
Creamos ciegamente en esa voz interior, y sigamos todos sus preceptos para lograr tener esa paz espiritual que todos deseamos lograr y compartirla. Ese sería un gran propósito para nuestras vidas, encontrar nuestras faltas, trabajar en ellas y sentirnos capaces de que en verdad, tenemos un propósito y un sentido para nuestra existencia.
Con esto lograremos ser consecuentes con las enseñanzas, y seremos actores importantes en el plan de Dios para el mundo en el cual vivimos ahora.
Encontrar nuestro interior, conocerlo y trabajar en él sería muy agradable para Dios, implicaría llegar a tener una relación más directa con Él, sería ir tomados de la mano con Él y lograr agradarlo en sus propósitos y planes que nos tiene a cada uno de nosotros.
Evitemos seguir por otros caminos que los que Él nos tiene marcados, evitemos ser sensibles y fáciles al pecado, pongamos barreras fuertes al enemigo y sobre todo seamos fieles a Él a cada momento.
“…Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar…” Isaías 55:7

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