En las buenas y en las malas

Hay momentos en la vida que son excelentes, todo marcha bien, hay salud, bienestar, abundancia, buenas relaciones, etc., pero también hay otros en los que parece que nada funciona bien, nos faltan cosas, las relaciones están rotas, hay dificultades con la salud...
Y en este último caso parece que la falta no fuera a terminarse nunca. La verdad es que todo el mundo tiene diversas estaciones en su recorrido por esta tierra.
Podemos recordar ambos momentos. Por ejemplo, la alegría increíble del nacimiento de un hijo(a),... pero luego la tristeza por las malas decisiones que se tomaron en la adolescencia.
Ambas son partes de un mismo recorrido por la vida.

Si está pasando por una estación de dificultades, de faltantes y de dolor, debe saber que usted puede encontrar descanso al saber que los ojos del Señor están sobre usted.
Porque Él todo lo ve, Dios sabe dónde te encuentras en este momento, y sabe como sacarte de ese lugar, situación y dificultad, y llevarte a la resolución. Es importante que tengas claro en tu corazón que Él sabe lo que necesitas, pero más importante es que el Señor sabe cómo proveerte.
Y  lo que nos pide es que tengamos fe y obedezcamos Su Palabra.
David, el salmista dijo: “He sido joven y ahora soy viejo, pero nunca he visto justos en la miseria, ni que sus hijos mendiguen pan”. (Salmos 37:25 – NVI)
No olvide  nunca que ¡Dios es fiel!, que Él tiene cuidado de usted, de su familia.
El Señor no miente, ¡Él desea que Su palabra se cumpla en su vida!
Avance sin miedo, sabiendo que al obedecer a Dios Él abrirá camino.

“Señor, gracias por tener cuidado de mí, gracias por hacer camino aun cuando no parece haber ninguno. Creo y confío en que nunca me dejarás ni me abandonarás. Mi fe está puesta en ti, lo creo y declaro en el nombre de Jesús. Amén”.

“El Señor te protegerá de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora y para siempre.” Salmos 121;7-8 (NVI).