La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1 Corintios 1:18
Aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. 2 Corintios 13:4
Aunque fue crucificado en debilidad, vive por el poder de Dios. 2 Corintios 13:4
¿Cómo es “la palabra de la cruz”, “el poder de Dios”?
La muerte de Jesús en la cruz no solo muestra la maldad de un grupo, de un pueblo o la de Pilatos, quien lo condenó a muerte, es, además, la manifestación de la maldad, del odio y del orgullo del hombre en general, como también de toda la violencia y la negrura de nuestro propio corazón. Pero en la cruz, ante todo ese odio, el hombre puede escuchar la respuesta del amor divino: el Señor crucificado oró por sus verdugos: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” (Lucas 23:34). Al ladrón que estaba crucificado a su lado le dijo: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).
Estas palabras de Jesús son la señal de la fuerza de su amor, derramado en la cruz por todos los que las creen hoy. Jesucristo no descendió de la cruz, tal como los jefes religiosos le sugirieron para provocarlo. Al contrario, permaneció colgado en la cruz. Así su victoria sobre la muerte y sobre el diablo fue completa, y el poder del amor divino fue manifestado. La muerte del Hijo de Dios clavado en la cruz, es el medio divino para que la gracia sea derramada sobre nosotros, seres pecadores por naturaleza.
Estas palabras de Jesús son la señal de la fuerza de su amor, derramado en la cruz por todos los que las creen hoy. Jesucristo no descendió de la cruz, tal como los jefes religiosos le sugirieron para provocarlo. Al contrario, permaneció colgado en la cruz. Así su victoria sobre la muerte y sobre el diablo fue completa, y el poder del amor divino fue manifestado. La muerte del Hijo de Dios clavado en la cruz, es el medio divino para que la gracia sea derramada sobre nosotros, seres pecadores por naturaleza.
En la cruz el Dios creador, quien con este objetivo tomó forma de hombre, entregó su vida para salvar a los pecadores y darles la vida eterna, si la aceptan.
Leamos y releamos los evangelios, imitemos la conducta perfecta de Jesús. En el mensaje de amor que Dios dirige a todos mediante Jesucristo “crucificado en debilidad”, pero resucitado en gloria, vemos el poder divino.
Leamos y releamos los evangelios, imitemos la conducta perfecta de Jesús. En el mensaje de amor que Dios dirige a todos mediante Jesucristo “crucificado en debilidad”, pero resucitado en gloria, vemos el poder divino.
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