miércoles, 17 de agosto de 2016

Los pañales de ayer

Patricia tenía el mal hábito no tener en cuenta a los demás cada vez que estaba muy ocupada. Una tarde su esposo se quejó: Me siento como los pañales de ayer.
Patricia le dijo que estaba muy ocupada y que no tenía la intención de tratarlo mal, pero cuando se fue a dormir esa noche, pensó en lo que le dijo su esposo.  ¿Lo estaba desatendiendo?
Pensó en que sus muy días eran muy ajetreados, cambiando pañales, comprando comida, lavando ropa, llevando a los gemelos a los entrenamientos de fútbol, a las representaciones de teatro de la escuela, las reuniones de padres y maestros y su trabajo voluntario. Se sintió extenuada solo de pensarlo, y olvidándose de las preocupaciones de su esposo, cayó en un sueño profundo.
Pero un día descubrió por sí misma cómo se sentía él.  Había ido a las oficinas de una organización muy conocida a dejar una información. Había esperado encontrarse allí con alguna gente conocida y hablar con ellos, pero para sorpresa de Patricia, todos estaban demasiado ocupados como para hablar con ella.
Convencida de que no fue bien recibida, se marchó desalentada.
En nuestro ocupado mundo, a menudo desalentamos los unos a los otros. Muchos trabajamos en exceso y nos extralimitamos en nuestra capacidad, y descubrimos que es fácil habituarse a dejar de lado a las personas, incluyendo a las que más amamos. No obstante, podemos ser determinantes en las vidas de las personas que nos rodean, si dedicamos tiempo para escucharlas, si les mostramos que son preciosas para Dios… y para nosotros.

Jesús dijo que el mayor mandamiento es amarse los unos a los otros, y que a sus seguidores los conocerían por su amor… un amor profundo y verdadero. Así que mañana, mientras llevas a cabo tu día, aparta un momento de tus muchas tareas, haz una llamada telefónica y dile a un amigo que crees que es muy especial. No solo alegrarás el día de tu amigo, sino que darás un gran testimonio a un mundo que sufre y que se siente abandonado.
Este es el mayor mandamiento: que se amen los unos a los otros. Juan 15:17

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