Sácale partido a todo aquello en lo que sabes que eres bueno, explota tu potencial al máximo.
Tú no eres cualquier cosa, eres una persona que nació para brillar, para triunfar, para alcanzar el éxito. Pero de nada sirve que lo creamos los demás y que tú dudes de ti mismo. Tienes que ser capaz de entender que Dios te hizo especial, y que no puedes desperdiciar todo lo bueno que llevas dentro y que lo tienes para compartir con el resto del mundo.
Deja a un lado el complejo que no te permite avanzar.
Aprende a valorarte, a aceptarte a ti mismo, porque dependiendo de esa aceptación podrás tener la energía para luchar por hacer tus sueños realidad.
Deja a un lado el complejo que no te permite avanzar.
Aprende a valorarte, a aceptarte a ti mismo, porque dependiendo de esa aceptación podrás tener la energía para luchar por hacer tus sueños realidad.
No se trata de creer que eres mejor que los demás. Se trata de entender que cada persona tiene su lugar en el mundo y puede brillar sin necesidad de opacar a nadie. Que en cada persona existe la capacidad de convertir el dolor o las cosas negativas en algo hermoso.
Somos piezas únicas y cada experiencia nos purifica para que brillemos y seamos cada vez más y más mejores. Deja la duda a un lado, ámate como eres y trabaja para perfeccionar aquello que crees que puedes mejorar.
Somos piezas únicas y cada experiencia nos purifica para que brillemos y seamos cada vez más y más mejores. Deja la duda a un lado, ámate como eres y trabaja para perfeccionar aquello que crees que puedes mejorar.
Hoy es un día perfecto para que te ames, para que te veas tras el espejo de tu corazón y seas capaz de aceptarte y confiar en que con la ayuda de Dios podrás escalar cada montaña.
Y no olvides: Sabemos, además, que a los que aman a Dios, todas las cosas los ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8.28
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