Cuando una erudita británica convocó a las religiones del mundo a trabajar juntas para alcanzar la unidad en nuestro planeta, personas de todas partes lo celebraron, indicando que las religiones más importantes compartían la Regla de oro. Ella sugirió: La tarea principal de nuestra época es construir una sociedad donde personas de todas las creencias puedan convivir juntas en paz y armonía.
El respeto a los demás y el discernimiento de la verdad van de la mano. Nuestra responsabilidad es presentar la verdad con amor y respetar las decisiones de los demás, tal como el Señor lo hizo. Ese respeto nos dará la oportunidad de comunicar la verdad de Jesús: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida (Juan 14:6).
Señor, muéstrate hoy a través de mí.
Ama a las personas; ama la verdad.
Ama a las personas; ama la verdad.
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