Para representar gráficamente mejor lo que Barnard realizó, un corazón humano late cien mil veces al día; a lo largo de su vida, un humano bombea tanta sangre como para llenar cien piscinas, y bombea en cada latido 0,43 litros de sangre.
Desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra. Él formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras. Salmos 33: 14,15.
Os daré un corazón nuevo, y pondré un espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Ezequiel 36: 26.
La Biblia enseña que el corazón humano fue creado por Dios, y que debido al devenir de la vida tiende a corromperse, a contaminarse, y terminar absolutamente lejos del Señor. Ante esto, Él ha prometido hacerles al hombre y a la mujer que lo buscan, un trasplante más eficaz que el que realizó el Doctor Barnard. El corazón nuevo trasplantado por Jesús sí es eficaz, funciona bien, late bien y se conecta con el Señor.
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