viernes, 1 de julio de 2016

El Camión de Basura

Me subí a un taxi rumbo a la Estación Central del Ferrocarril y cuando íbamos por el carril de la derecha, por poco nos estrellamos contra un coche que de repente y de la nada salió como un bólido de donde estaba estacionado.
El conductor del taxi en el que iba alcanzó a frenar a tope, el taxi derrapó y por un pelo no le golpeamos al otro coche que quedó frente a nosotros.
Después de esto, el conductor del otro coche, el tipo que casi causó el accidente, asomando la cabeza por la ventanilla comenzó a gritarnos una cantidad horrible de insultos y majaderías.
Todavía recuperándome del susto, lo que acabó de sacarme de mis casillas fue la actitud del chófer de mi taxi, quien de forma extremadamente amistosa y cortés, le sonreía y saludaba con la mano al conductor del otro auto.
Yo estaba furioso y confundido, pero no me quedé con las ganas y le pregunté al chófer de mi taxi, que por qué se ponía a sonreír y saludar al tipo que casi nos hizo chocar, arruinar su taxi y posiblemente enviarnos al hospital.
Entonces, el taxista con voz pausada me contó lo que ahora yo llamo “La Ley del Camión de Basura”.
Mire, me dijo: ¿Ve aquel camión de basura? Sí, le dije, ¿y eso qué tiene que ver?
-Pues, así como esos camiones de basura existen, hay muchas personas que van por la vida llenos de basura, frustración, rabia, y decepción.
Entre tanto la basura se les va acumulando necesitan encontrar un lugar donde vaciarla, y si usted los deja, también le vaciarían encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y decepciones. Por eso, cuando alguien quiere vaciar su basura en mí, no me lo tomo como algo personal; sino tan solo sonrío, saludo, le deseo todo el bien del mundo y sigo mi camino. Hágalo usted también y le agradará el haberlo hecho, se lo garantizo.
A partir de ese día comencé a pensar en qué a menudo permito que estos Camiones de Basura me atropellen; y me pregunto a mí mismo cuán a menudo recojo esa basura y la esparzo a otra gente en casa, en el trabajo o en la calle.
Así que me prometí que ya jamás lo iba a permitir. Comencé a ver camiones de basura y, así como el niño de la película “El Sexto Sentido” decía que veía a los muertos, ahora así yo veo a los Camiones de Basura. Veo la carga que traen, los veo que me quieren echar encima su basura, sus frustraciones, sus rabias y sus decepciones y tal y como el taxista me lo recomendó, no me lo tomo personalmente, tan sólo sonrío, saludo, les deseo lo mejor y sigo adelante.
Los buenos líderes saben que tienen que estar listos para su próxima reunión. Los buenos padres saben que tienen que recibir a sus hijos con besos y abrazos. Los líderes y los padres saben que tienen que estar física y mentalmente presentes y en su mejor estado, para la gente que realmente es importante para ellos.
En resumen, la gente exitosa no permite que los Camiones de Basura absorban su día.
Proverbios 15:1 “La blanda respuesta quita la ira, mas la palabra áspera hace subir el furor.”
1 Tesalonicenses 5:16 Estad siempre gozosos.
Salmos 16:11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Isaías 65:18 Más os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo alegría y gozo.

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