viernes, 17 de junio de 2016

La fe, la respuesta humana

Muchos consideran que la fe que nos relaciona con Dios y que nos permite recibir de Él todas las cosas buenas que tiene para darnos, es un don o regalo de Dios; y esto, basado en Efesios 2:8, donde la Palabra de Dios nos dice:
“…Porque por gracia sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe…”
Muchos ministros se equivocan al explicar este versículo, y dicen que cuando Pablo escribe sobre el don se refiere a la fe. Pero analizando el versículo, el tema central del mismo no es la fe; sino la salvación.
Lo que este verso nos dice es lo siguiente:
1. Que la Gracia de Dios es la fuente en donde se origina nuestra salvación.  Es decir: el amor o favor inmerecido de Dios es la virtud divina de donde proviene el don o regalo de la salvación. La salvación es el regalo divino para toda la humanidad, y como todo regalo, es gratis.
2. Que la fe, es el medio por el cual los hombres, recibimos el regalo de la salvación, y no algún otro tipo de mérito nuestro.  Por eso Pablo recalca: “…y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
La fe es nuestra respuesta a la gracia de Dios, manifestada en salvación por medio del evangelio, como lo declara el Apóstol Pablo, en Romanos 1:16
“…Porque no me averguenzo del evangelio, porque es poder de Dios a todo aquel que cree…”
El evangelio no es poder de Dios para salvación de todos, lo es solo para el que cree el mensaje de salvación que Dios nos da.
Entonces, aquí la fe se nos presenta como la condición que el hombre debe de cumplir, para poder beneficiarse del regalo o don de la salvación, mediante o en Cristo Jesús.
Y si la fe es la condición que nosotros tenemos que cumplir, entonces la fe es nuestra respuesta humana a la gracia de Dios, y no solo en lo relacionado con nuestra experiencia de la salvación, sino con todo lo que Nuestro Buen Padre Celestial quiere darnos mediante Cristo Jesús, o quiera hacer a través nuestro.
Una vez que la Palabra de Dios ha venido a nosotros, la responsabilidad por creerla o tener fe en ella, es nuestra.
Tenemos que entender que Dios nos capacita para tener fe por medio de su palabra, pero el acto de ejercerla es totalmente nuestro.
“…Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra,  por no ir acompañada de fe en los que la oyeron.” Hebreos 4:1-2 
Si la fe fuera un don o regalo divino, Dios sería injusto, porque solo se la habría dado a algunos y a la gran mayoría no; pero esto no es cierto, Dios no es injusto. Él es justo y ha dispuesto que su Palabra sea predicada por la Iglesia, para que la gente tenga la oportunidad de oír y acompañar con fe la palabra de Dios que escuche y se aproveche de ella, para la Gloria de Dios y su propia bendición.
Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario