viernes, 17 de junio de 2016

¿Cómo ve su futuro?

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis. Jeremías 29:11
En la casa del Señor moraré por largos días. Salmo 23:6

Durante períodos de depresión de su paciente, todos los días el psiquiatra le hacía la misma pregunta escrutadora y punzante. El médico deseaba conocer la evolución del estado del enfermo, y adaptar el tratamiento en función de su estado.
Si alguien nos pregunta cómo vemos nuestro futuro, ¿cuál sería nuestra respuesta? ¿Responderíamos en función de nuestra situación material del momento en que vivimos?... En cambio, con confianza, diremos como David: El Señor es mi pastor; nada me faltará” (Salmo 23:1). David había soportado la injusticia, la soledad, el duelo y muchas circunstancias duras a lo largo de su vida, pero también había experimentado el socorro divino. Dios nunca lo había abandonado.
Podemos responder teniendo solo en cuenta esta vida terrenal, o con la serenidad del apóstol Pablo al final de su vida: “El tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo” (2 Timoteo 4:6-8).

El futuro del creyente es seguro, pues Jesús, quien resucitó y está en el cielo, es el garante. Desde hace siglos los creyentes pueden decir, incluso en medio de inmensos sufrimientos: “Yo sé que mi Redentor vive, y al fin se levantará sobre el polvo… En mi carne he de ver a Dios” (Job 19:25-26). Jesús dijo al malhechor arrepentido que estaba crucificado a su lado: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (Lucas 23:43).

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