sábado, 25 de junio de 2016

Jesús completó el trabajo por mí

Jesús completó el trabajo por mí. No puedo hacer nada para lograr mi paz, porque Él ya me la dio.

Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,  para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús, porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe, Efesios 2:6-9.
Son muchas las veces en que me olvido de mi posición y solo me concentro en mi condición. Sin embargo, el deseo de Dios para mí es que mi condición esté al mismo nivel de mi posición. Mi naturaleza humana, débil y caída, quiere convencerme de que mi condición jamás podrá llegar a ser y estar en el mismo nivel de mi posición, pero realmente eso es mentira.
Sí puedo llegar a nivelar mi condición a mi posición en Cristo, porque la Biblia me lo promete.
Mi posición ante Dios y en Cristo es una posición de sentado. Pablo dice en Efesios “y juntamente con él, Cristo, me resucitó y así mismo me hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús”. No dice que me sentará, dice que ya estoy sentado.
La vida cristiana no comienza caminando, ni corriendo, sino sentándome. Estar sentado implica por lo menos tres cosas en las cuales necesito reflexionar:
Primero, implica reinar. Los reyes se sentaban en sus tronos y reinaban. Jesús se sentó a la diestra del Padre y ahora está sobre todo dominio y principado. La Biblia dice que estoy sentado con Él. Necesito reinar sobre cada circunstancia, sobre el pecado, sobre mis pasiones. Y ese poder para reinar lo recibo de Jesús.
La segunda cosa que implica estar sentado es que el trabajo está terminado. No es algo que tengo que hacer para agradar a Dios.
Él ya me aceptó, y Jesús completó el trabajo por mí. No puedo hacer nada para lograr mi paz, porque Él ya me la dio.
Esta verdad golpea mi orgullo humano. Por lo tanto, no depende de mi esfuerzo sino de la fuerza del Señor. Quizá, hoy enfrentaré situaciones difíciles en las cuales quisiera salir corriendo y huir, o meter mi mano para que esas cosas se hagan como yo quiero, sin embargo necesito sentarme y esperar en el Señor. En muchos casos yo no podré hacer nada, pero Él lo hará.
La tercera cosa que implica estar sentado….es DESCANSO, REPOSO. Necesito reposar en Él. La angustia, la ansiedad y la preocupación me roban la paz. Hoy necesito de su reposo, porque en su presencia, que da reposo, hay plenitud de paz.
Mi posición frente a Dios hoy es estar sentado, reinando, viviendo en la obra terminada por Él y en el reposo de su presencia.
Señor, ayúdame a entender que de nada me sirve correr y correr. Frente a ti no debo correr, solo sentarme descansando en tu amor, disfrutando de los beneficios de tu obra terminada en el Calvario. Amén.

No hay comentarios:

Publicar un comentario