lunes, 30 de mayo de 2016

El Mejor Día

Al envejecer me doy cuenta de lo importante que es el tiempo. Hoy estoy viviendo y sé lo que es posible en mi vida. Hoy puedo ser y hacer lo que quiero, pero ¿valdrá la pena?, ¿valdrá la pena mi tiempo invertido? ¿Puedo estar feliz por como vivo hoy? ¿Me estoy preparando para mis mañanas? ¿Me estoy preparando para mi eternidad?
Hoy, cuando desperté, me dí cuenta de que este es uno de los mejores días de mi vida. Hubo tiempos en los que me pregunté si podría perdurar a través del día… pero lo logré.  Y porque lo hice, voy a celebrarlo. Hoy voy a celebrar la vida increíble que he tenido hasta ahora; los logros, las muchas bendiciones y sí, hasta las dificultades, ya que éstas me han hecho más fuerte. Pasaré el día con la cabeza en alto. Tendré un corazón feliz, y me maravillaré de los dones sencillos de Dios: el rocío de la mañana, el sol, las nubes, los árboles y las aves. Hoy veré todas estas maravillosas creaciones en su plenitud.
Hoy compartiré mi entusiasmo por la vida con otros. Haré sonreír y reír a alguien. Caminaré la milla extra para realizar una acción bondadosa a alguien que no conozco. Hoy le daré un cumplido sincero alguien que se vea desanimado. Le diré a un niño lo especial que es, le diré a alguien que amo cuánto significa para mí. Hoy dejaré de preocuparme en lo que no tengo y daré gracias por las muchas bendiciones que son mías. Recordaré que preocuparme es una pérdida de tiempo, porque mi fe en Dios y en Su plan divino garantizan que todo estará bien.
Y esta noche, antes de irme a la cama, saldré afuera y levantaré mis ojos a los cielos. Me quedaré maravillado ante la belleza de las estrellas y la luna, y alabaré a Dios por estos magníficos tesoros. Al finalizar el día y reposar mi cabeza en la almohada, agradeceré al Todopoderoso Creador por el mejor día de mi vida. Dormiré el sueño del niño contento; entusiasmado con las expectativas porque sé que mañana pudiera ser, sí, mi mejor día…

Podemos afirmar que nuestro mejor día ¡es precisamente hoy! Aunque ayer pudimos haber experimentado muchas bendiciones, ya son historia y no podrán alimentar nuestras vidas más, de lo que el maná del día anterior pudo alimentar al pueblo de Israel en el desierto camino a Canaán. La Biblia afirma que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana, por lo que podemos estar convencidos de que cada día trae maravillosas bendiciones de parte de un Dios creativo. Por esta razón, no tenemos por qué añorar un tiempo que pasó cuando caminamos al lado del Salvador.

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