domingo, 6 de marzo de 2016

Una flor, un volcán

La naturaleza siempre nos tiene reservado algo sorprendente. Cada una de sus partes no deja de admirarse por su hermosura, misterio, equilibrio, y solemnidad. Razones que deberían inducir al hombre a ejecutar acciones que vayan a favor de ella, pero al contrario, el ser humano se ha convertido en un depredador de la naturaleza que fue creada para su beneficio. Contemplarla nos provoca sensaciones íntimas, porque nos muestra a Dios hablando desde una flor, desde un amanecer, o desde el canto de los pajaritos anunciando que llegó un nuevo día, o habla desde las extensas tierras donde reposa el león, o el alce en la montaña, o desde el torrente de una cascada que cae.
krakatoaCuando el volcán de Krakatoa hizo erupción en 1883, la fuerza que desató fue tan colosal que pudo oírse en Australia, a más de 4.800 km de distancia.
Y todos se admiraban de la grandeza de DiosLucas 9: 43.
Comparar la grandeza de Dios con la del ser humano, hace que éste sea muy, pero que muy pequeño. Él está en todo lugar, y nos ama. Es prácticamente imposible poder ilustrar lo que es su grandeza, sin embargo, sí es posible encontrar en la naturaleza algunos ejemplos que ayudarían a entenderla, como la erupción del volcán Krakatoa. Fue de tanta violencia, que la explosión se sintió a más de cuatro mil kilómetros. Para la gente, algo increíble, para los hijos de Dios, similar a su grandeza.
A Dios Padre se le puede encontrar en la delicada sonrisa de un bebé, o en la erupción del monte Krakatoa, como también en el silbido de un delfín. Hay muchos ejemplos que demuestran su grandeza a la cual admiramos. Con tanta cosa perteneciente a la naturaleza, resulta más fácil probar que Dios existe que decir que no.

Cuando un hombre o una mujer vive la experiencia de tener un encuentro personal con Cristo Jesús, les ha tocado experimentar la manifestación más grande de la grandeza de Dios, directamente en sí mismos. Y ¿cuál es?, ser hechos nuevas criaturas, unas criaturas únicas que jamás existieron ni existirán.

No hay comentarios:

Publicar un comentario