domingo, 6 de marzo de 2016

¿Pródigo yo?

LUCAS 15:11-24 Parábola del hijo pródigo
Parábola sumamente gratificante para mí.
El ser humano vive cada día con el desafío propio de la vida cotidiana, esperando que la misma refleje su santidad; en otras palabras, no solo debemos hablar de Cristo, sino demostrar que nuestra vida es un reflejo de Él, así que, estamos en plena lucha por lograrlo. Mientras más cerca estamos de Él, mayor es nuestra posibilidad de ganar ese desafío, en cambio, alejados de Él es derrota segura. Así que, PODEMOS PEDIR NUESTRA HERENCIA Y MARCHARNOS LEJOS, O QUEDARNOS EN CASA Y DISFRUTAR DEL AMOR DEL PADRE.
Si elegimos pedir nuestra herencia, ESTAMOS SEPARÁNDONOS Y DECLARANDO NUESTRA SENTENCIA DE MUERTE (ESPIRITUAL), Y NOS CONVERTIMOS EN “PRÓDIGOS”. SEPARADOS DE CASA, ES MUERTE, Y ESTAR EN ELLA, ES VIDA.
- En primer lugar obedeciendo a nuestro propio EGO por medio de nuestras acciones, cometiendo toda clase de iniquidades pensando que Dios no nos ve. Pero DEL OJO DE JEHOVÁ nadie se esconde y al final esas iniquidades hacen que el bien se aparte de nosotros, Jeremías 5:25, y eso por NO OBEDECER LA VOZ DE DIOS que nos dice que hay que apartarse de en medio del pecado, Isaías 52:11. 
- Porque queremos SEGUIR NUESTROS PROPIOS CAMINOS, ya que nos parece que estos son los mejores para nuestra vida, Isaías 53:6
Estos son un par de motivos que hacen que estemos SEPARADOS DE CASA, y es entonces cuando nos convertimos en PRÓDIGOS.
Pero aún estando SEPARADOS DE CASA, todavía nos queda la esperanza de poder regresar a ella. Para ello, es necesario VOLVER EN SÍ, y para que eso ocurra, Dios permitirá que experimentemos la dureza del sufrimiento, pues por no estar en casa, nos faltará un lugar donde descansar de un día de arduo trabajo. La gente a nuestro alrededor nos humillará hasta lo indecible, no tendremos quién se apiade de nosotros, nos faltará el alimento y no encontraremos quién nos lo provea. Es en esas circunstancias, cuando meditamos en las comodidades que disfrutábamos AL ESTAR EN CASA, y en medio de lágrimas miramos al cielo, y nos es restablecido el razonamiento. Volvemos en sí, reconociendo que SEPARADOS DE CASA ESTAMOS MUERTOS, y ansiamos el regreso a ella para dejar de ser PRÓDIGOS.

Pero para regresar, es menester que primero exista un ARREPENTIMIENTO verdadero; no por el recuerdo o nostalgia del pasado vivido en casa, sino por todo lo que vivimos estando SEPARADOS DE ELLA. Aceptarlo y reconocerlo, hará renacer en  nosotros la HUMILDAD para poder vivir nuevamente en casa con nuestros seres queridos.
Una vez superada esta etapa estamos listos para regresar a casa, donde nuestro padre nos está esperando con los brazos abiertos. Nos quitará ese vestido sucio y nos pondrá uno nuevo, pondrá el anillo de santidad y calzará nuestros pies, escucharemos su bendita palabra, y se hará una gran fiesta con el becerro engordado que está preparado para ocasiones especiales, como la de ESTAR EN CASA. ¡ESO ES VIDA!
Por increíble que parezca es verdad. Entonces piensa y decide, porque hoy es el día propicio para dejar de ser un pródigo. No importa cuánto tiempo hayas perdido por haber pedido tu herencia y apartarte de casa, como tampoco interesan los daños causados a tu propia persona y a tu prójimo; tampoco importa la fortuna (dones espirituales) que hayas malgastado.
DIOS EL PADRE TE CONSUELA CON LA SIGUIENTE PROMESA:
NO ME ACORDARÉ DE TUS PECADOS, ISAÍAS 43:25, ASÍ QUE VEN Y ÚNETE A LA FIESTA, PUES YA DEJASTE DE SER UN PRÓDIGO.
RECUERDA QUE ESTAR EN CASA, ES VIDA, Y ESTAR SEPARADO DE CASA, ES MUERTE.
M.G.L.

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