viernes, 4 de marzo de 2016

Pasión en vivir

En junio de 2008 se cumplió el aniversario ciento cinco de la Compañía Harley-Davidson, una organización que comenzó cuando William S. Harley, de veintiún años y su amigo Arthur Davidson, de veinte, decidieron en un pequeño cobertizo de madera, ponerle motor a las bicicletas.
El primer año vendieron tres motocicletas que hicieron a mano. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a tener éxito y a ampliar su empresa. Cada año producían más vehículos.
Cuando surgieron las carreras de motos y ganaron popularidad, las Harley-Davidson dominaron.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, los aliados no tardaron en darse cuenta de la importancia de las motocicletas. Harley-Davidson estima que la compañía suministró la mayoría de las veinte mil motocicletas, usadas por el ejército de los Estados Unidos en la guerra. Y después de firmado el armisticio, el primer estadounidense en entrar en Alemania lo hizo conduciendo una motocicleta Harley-Davidson.
La compañía prosperó durante más de medio siglo. Uno de sus puntos fuertes fue que era un negocio familiar, en el cual empleados y clientes se sentían conectados por su amor por las motocicletas Harley-Davidson. Y la compañía continuó creciendo, modernizando y mejorando sus motocicletas, y ganando admiradores.
A principios de la década de los 70, Harley-Davidson era dueño de cerca del ochenta por ciento del mercado de motocicletas grandes (+850 cc) en los Estados Unidos.
Todo comenzó en un cobertizo de madera poniéndole motor a unas bicicletas, pero la pasión siempre ardió en ellos. Pasión es la llama que enciende la mecha de una invención. La mayor pasión es la que enciende Dios en nuestro corazón. No te dejes llevar por la corriente, detente y comienza aunque sea en el cobertizo de tu casa. Dios te sostendrá. Ten fe.
Y si a la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? Mateo 6:30
Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Mateo 9:29

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