Al pensar en estas tres palabras, me viene a la mente la demostración más grande e inigualable de amor que haya existido y que existirá. Hace más de dos mil años, Cristo murió en la cruz del Calvario por todos nosotros. Su cuerpo fue clavado en una cruz y coronado con espinas. Sufrió hasta la muerte y lo hizo por amor.
La Palabra de Dios dice en Isaías 53:1-12 “¿Quién ha creído a nuestro anuncio y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante de Él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en Él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo Él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.
También dice en 1ra. Pedro 2:24-25 “Y Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre la cruz, a fin de que muramos al pecado y vivamos a la justicia, porque por sus heridas fuisteis sanados. Pues vosotros andabais descarriados como ovejas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Guardián de vuestras almas”.
RECUERDA, CRISTO SE ENTREGÓ POR COMPLETO Y LO HIZO POR AMOR. VENCIÓ AL PECADO, VENCIÓ A LA MUERTE Y RESUCITÓ, Y SE ENCUENTRA SENTADO A LA DIESTRA DEL PADRE. SU REGRESO, SU SEGUNDA VENIDA ESTÁ CERCA. HOY, NO MAÑANA, ES EL MEJOR TIEMPO PARA ACEPTARLE Y RECONOCERLE COMO ÚNICO Y SUFICIENTE SEÑOR, REY Y SALVADOR DE TU VIDA.
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