miércoles, 16 de marzo de 2016

La Taza de Té

Un hombre calvo y demacrado se hallaba en su cama con la cara pálida. Le habían trasplantado la médula ósea porque tenía leucemia.
La enfermera Hanne Dina se le acercó, lo saludó y le preguntó si quería sopa. Él dijo que no, que solo quería dormir. Al rato Hanne le llevó la medicina y él se la tomó con cierto disgusto y volvió a hundirse en la almohada.
Hanne fue a la cocina del hospital y preparó para ella una taza de te, cogió una bandeja, colocó en ella la tetera y dos tazas y se dirigió al cuarto del enfermo preguntándole: ¿lo molesto si tomo el té aquí? Quisiera ver aquí las noticias mientras tomo el té.
Claro que no me molesta respondió. Ella enchufó el televisor mientras le decía: Traje una taza extra por si quiere té. Sí, ¿me sirve media taza?, por favor, respondió el enfermo.
Al día siguiente Hanne volvió con la bandeja y dos tazas, y así lo hizo una semana entera. El enfermo a los pocos días se fue: se había restablecido lo suficiente para irse a terminar su convalecencia en su casa. Cuatro meses más tarde, Hanne estaba en un centro comercial cuando oyó una voz potente. ¡Hanne, qué gusto en verla! La enfermera lo reconoció. Era el enfermo de la taza de té. Él la abrazó y presentándole a la esposa, dijo: “Ésta es Hanne, la mujer que me salvó la vida con una taza de té”.
Pequeños gestos pueden mostrar grandes amores y grandes simpatías. No tenemos ni idea de lo que Dios puede hacer con lo poco que tenemos a mano. Pueden ser dos panes y dos peces, pero con el aderezo del corazón algo milagroso puede suceder. No menosprecies lo poco que tienes y ofréceselo hoy al que está cerca de ti.
“Les aseguro que Dios no se olvidará de premiar al que dé un vaso de agua fresca a uno de mis seguidores, aunque se trate del menos importante”. Mateo 10:42
Luego tomó los cinco panes y los pescados, y dio gracias a Dios. Partió los panes y los pescados en pedazos y se los entregó a sus discípulos, y ellos los repartieron a la gente. Mateo 15:36
Jesús les dijo: –Denles ustedes de comer. Pero ellos respondieron: –Sólo tenemos cinco panes y dos pescados. Si fuéramos a dar de comer a toda esta gente, tendríamos que ir a comprar comida. Lucas 9:13


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