En el libro de los Hechos se describe la ocasión en la que Pablo era trasladado como prisionero en un barco a Roma, enfrentándose a muchas dificultades durante el viaje debido a los vientos contrarios que los azotaban.
Motivo por el cual él advirtió al llegar a "buenos puertos", que el viaje seria desastroso tanto para el barco como para ellos, si continuaban. Sin embargo, el centurión que comandaba el viaje, tomó la mala decisión de seguir adelante.
De este relato podemos aprender que existen cuatro factores que influyeron en el centurión para la toma de esta errada decisión:
La impaciencia. Se había perdido mucho tiempo en el viaje, lo que hizo que él se precipitará en seguir adelante desobedeciendo la voz de Dios.
El consejo de los expertos. Él solo oyó al timonel y al dueño del barco, confió en sus conocimientos, puso su fe en ellos y no en Dios.
La incomodidad. El puerto no era adecuado para invernar, y el centurión no podía aceptar quedarse mucho tiempo en un lugar que no fuera cómodo para él y...
La decisión de la mayoría. Todos, excepto Pablo, decidieron seguir, lo que hizo pensar al centurión que al ser mayoría tenían razón.
Puede que estos cuatro factores, estén presentes en alguna decisión que tengamos que tomar hoy. No obstante, si descansamos en Dios y recordamos que su tiempo es perfecto, si depositamos nuestra fe solo en Él, aceptando sus condiciones y confiando en que tiene y quiere lo mejor para nosotros, y si escuchamos su voz, verdaderamente guiará nuestras vidas y nos llevará a puerto seguro.
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