ECLESIASTÉS 7:14 “En el día del bien goza del bien, y en el día de la adversidad, reflexiona. DIOS hizo tanto el uno como el otro, a fin de que el hombre no sepa qué trae el futuro”.
Hay muchas maneras de comportarnos cuando nos toca afrontar la opresión y la adversidad. Podemos adoptar una actitud derrotista y murmuradora, que nos lleve a quejarnos de nuestra situación y a echar la culpa a los demás por lo que nos está ocurriendo. Podemos asumir una actitud fatalista y responsabilizar al destino o la “mala suerte”, por la situación que nos ha tocado atravesar. Podemos exhibir una conducta beligerante y descargar nuestra rabia hacia los demás, por las cosas que nos están pasando. Podemos enfocarnos en una actitud de negación de la realidad, como si con ello pudiéramos hacer desaparecer la opresión que nos rodea. En fin, hay muchas maneras de reaccionar, lo cual, en cualquier caso, depende de la persona y de la actitud que ésta asuma frente a las circunstancias.
Hay muchas maneras de comportarnos cuando nos toca afrontar la opresión y la adversidad. Podemos adoptar una actitud derrotista y murmuradora, que nos lleve a quejarnos de nuestra situación y a echar la culpa a los demás por lo que nos está ocurriendo. Podemos asumir una actitud fatalista y responsabilizar al destino o la “mala suerte”, por la situación que nos ha tocado atravesar. Podemos exhibir una conducta beligerante y descargar nuestra rabia hacia los demás, por las cosas que nos están pasando. Podemos enfocarnos en una actitud de negación de la realidad, como si con ello pudiéramos hacer desaparecer la opresión que nos rodea. En fin, hay muchas maneras de reaccionar, lo cual, en cualquier caso, depende de la persona y de la actitud que ésta asuma frente a las circunstancias.
Una de las conclusiones a las que llegó el célebre psiquiatra austríaco, escritor y sobreviviente del Holocausto, Viktor Frankl, en su reconocida obra “El hombre en busca de sentido”, es que hay una sola cosa que no le puede ser quitada al ser humano: la libertad de escoger la actitud con la cual enfrentarse a sus circunstancias. Esa libertad nos fue dada por DIOS.
Recordemos al patriarca José y la actitud que tuvo ante las duras circunstancias bajo las cuales se vio envuelto. Recordemos la actitud de nuestro Señor Jesucristo ante los ataques y las vejaciones a las cuales fue sometido. Con un amor incompresible para nosotros, pidió al Padre que perdonara a quienes lo humillaban y acusaban, porque no sabían lo que hacían.
Somos dueños de nuestro comportamiento. Si decides responder apropiadamente, puedes convertir tu revés en un escalón hacia un éxito mayor; es decir, puedes progresar a través de tu adversidad. Tu reacción a la adversidad puede destruirte o desarrollarte como la persona que DIOS quiere que seas y para lo cual te creó, la opción es tuya. ¿Cuál es la forma correcta de responder?
La clave para convertir tu adversidad en progreso es verla a través de los ojos de DIOS. Descríbele a DIOS, con todo lujo de detalles, cómo te sientes frente a la adversidad. Mientras más crítica sea la situación en la que te encuentras, más complicada y progresista debe ser el motivo por el cual necesitas atravesar este desierto.
A cada uno de nosotros nos toca enfrentar diferentes pruebas, pero todos contamos con la insuperable e inigualable ayuda de DIOS para salir victoriosos de ellas. Confía en DIOS y exponle tus sentimientos. ÉL tiene la solución perfecta para tu situación. ¡Solo a DIOS sea la gloria!
La adversidad es la forma que usa DIOS para mostrarnos Su fidelidad, y la nuestra hacia Él.
Gracias Padre Celestial, por las muestras de tu amor. Gracias por este nuevo día que me das. Perdóname Señor, por mis faltas y errores que diariamente cometo. Gracias porque Tú siempre me escuchas. Hoy me acerco a ti para pedir tu ayuda para superar mis problemas y dificultades. Te lo pido en el nombre de Cristo, amén.
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