sábado, 19 de marzo de 2016

Acércate a la fuente

Son muchas las veces que hablamos de la espera, la paciencia y la confianza, pero hay momentos en los que necesitamos hacer realmente algo. Aunque es bien cierto que hay cosas que no están en nuestras manos, hay muchas otras que sí y que requieren una disposición e interés en hacer que sucedan.
fuenteDios puede hacer muchas cosas por ti, por ayudarte, pero depende mucho de tu actitud hacer que eso suceda. Estás pidiendo la ayuda de Dios, pero… ¿estás haciendo lo que a ti te corresponde?
Dios siempre está interesado y dispuesto en ayudarnos, tiene un gran deseo por llevarnos a ver cumplido cada uno de nuestros sueños y más grandes metas, pero eso no quiere decir que no tengamos que hacer nada, sino más bien, que en la medida que sea nuestro deseo o petición, así debe ser la medida de nuestro esfuerzo y disposición por hacer lo que esté en nuestras manos.
Dios es esa fuente de agua viva de la que tanto deseamos beber, pero la fuente no viene al sediento, sino que el sediento se acerca a la fuente. Dios quiere ayudarte y escucha todas tus peticiones y necesidades, pero no puedes cruzarte de brazos, debes luchar, teniendo la seguridad de que Dios es tu ayuda y te dará fuerzas para hacerlo.
Toma cada oportunidad que tengas para cambiar tu situación, atrévete a luchar por alcanzar tus objetivos y, en medio de tu esfuerzo, verás cómo llega la ayuda de Dios. Tal vez te ha sido difícil mantener tu ánimo ante ciertas circunstancias,  pero no hay victoria sin antes haber luchado, y si de algo puedes estar seguro es que Dios sabe recompensar el esfuerzo.

Confía en que Dios puede ayudarte, pero no te olvides que tú también debes esforzarte. Arriésgate a correr la carrera porque la meta la tienes asegurada, encamina tus pasos a la fuente y acércate a beber, un poco más de esfuerzo, un poco más de seguridad,... quizás veas muy lejano el momento, pero nunca sabrás a cuantos pasos está si no comienzas a caminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario