domingo, 20 de marzo de 2016

¿Qué dice la Palabra de Dios de la Semana Santa?

En esta semana se celebra la Semana Santa, y como cristianos evangélicos preguntamos,
¿Qué dice La Palabra de Dios? ¿DEVOCIÓN O FIESTA?

Se dice que en Andalucía (España) cuando llega la primavera, se produce una explosión de vida y alegría. Es verdad. Por el contrario, la Semana Santa constituye una fecha que nos trae a la memoria escenas de dolor y muerte. Se habla mucho de la Semana Santa como una tradición, una manifestación cultural e incluso una fiesta de los sentidos por su barroquismo y aroma a incienso y flores, que cautivan a las grandes masas en las calles de nuestras ciudades.

PERSONAS SINCERAS
No cabe duda de que dentro de estas multitudes, hay personas muy sinceras que contemplan esas escenas de la imaginería religiosa con mucha devoción y respeto. A estas personas van dirigidas estas sencillas preguntas que quizá nunca se hayan planteado: ¿Qué opina Dios de las imágenes? ¿Aprueba Jesucristo esta forma de celebración?

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Respondiendo a la primera pregunta, se puede decir que en la misma Biblia Católica, en el libro llamado Éxodo, en su capitulo 20 versículos 4 y 5 dice textualmente: “No te harás imagen de lo que esté arriba en los cielos o abajo en la tierra o debajo de ella y no te inclinarás ante ella ni la adorarás”
Este es el segundo mandamiento de la Ley de Dios, aunque la Iglesia Católica lo haya excluido de su catecismo. Grave asunto, es un mandamiento de Dios.
Seguramente, alguien diría que este mandamiento fue dado solo para el antiguo pueblo de Israel, pero no es así, sino que es dado a todo creyente en Dios como creador y padre de Jesucristo. Es decir, para todos los Cristianos. Por lo tanto, es una desobediencia grave a la Ley de Dios venerar, honrar e inclinarse ante imágenes.
En respuesta a la segunda pregunta, hemos de saber que el mismo Señor Jesucristo nunca se postró delante de una imagen, ni mucho menos la honró y ni siquiera la veneró, fuera de quien fuera. Es más, si hubiera aprobado el culto a las imágenes, Él mismo se habría hecho esculpir una para dejársela como recuerdo a sus discípulos, pero no lo hizo así. Sabiendo que iba a la muerte en la cruz por causa de los pecados de cada uno de nosotros, cuando oraba nunca lo hizo delante de una imagen. Jesús mismo dijo a la mujer 
samaritana: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que lo adoren” San Juan 4;23.

LA ADORACIÓN QUE DIOS QUIERE
En este versículo, sin duda alguna, Jesús está diciendo la forma de adorar, que es en espíritu, sin adornos superfluos, sin imágenes, sin lujos extravagantes etc, porque a Dios le agrada la adoración sencilla de aquellos que lo hacen de corazón, sin necesidad de otros accesorios.

DIOS PROHÍBE ADORAR IMÁGENES
Alguien puede decir que adorar la imagen de un cristo, una virgen o un santo no es idolatría, sino que es más bien como mirar la foto de un familiar que ha muerto para recordarlo. El argumento no es malo, está bien planteado así, solo que nos olvidamos de algo muy importante: primero, que venerar y honrar imágenes esto es, adornarlas, ponerles joyas, flores, mantos costosos etc., está totalmente prohibido por Dios.
Y en segundo lugar, que Cristo no es como un familiar nuestro que ha muerto, sino que resucitó y está vivo a la derecha del Padre, y condena también la adoración de imágenes o cuadros.

¿A QUIÉN OBEDECER?
Y... ¿a quién obedecemos los cristianos?, ¿a Dios o a las tradiciones de los hombres? Sin duda, todo cristiano sincero dirá que a Dios por encima de todo.

¿CÓMO ERA LA VIRGEN MARÍA?
En cuanto a María, era una mujer llena de virtudes y de gracia de Dios. Modelo de humildad y obediencia, ¿qué pensaría ella al verse con tantas joyas y coronas de oro, subida a un ostentoso trono, zarandeada en medio de las multitudes que la aclaman con expresiones en muchos casos poco reverentes? Pues simplemente que los que hacen tales cosas, conocen bien poco a la Virgen María del Evangelio. Ella misma dijo en las bodas de Ca: “Haced lo que Él os dijere” San Juan 2:5, porque Ella, que había entendido perfectamente los planes de Dios para la humanidad, nunca quiso protagonismo, sino que desde que tuvo noticias de que iba a ser la que llevaría a Cristo en su vientre exclamo: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” San Lucas 1:46-47, lo cual quiere decir que ella también necesitó a Cristo como su Salvador personal como todo ser humano.

JESÚS DICE:
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al padre sino por mí” S. Juan 14;6. Así que amigo, si has leído esto con atención, seguro que desde hoy en adelante vas a ver la Semana Santa de un modo diferente. Vas a ver que el sentido de esta fiesta no es sacar a las calles imágenes, y pasar un rato con los amigos o familia viéndolas pasar, porque esto es formar parte de ese entramado de idolatría que Dios condena tajantemente. Por lo tanto, este humilde mensaje no trata de crear polémica sobre este asunto; lo único que pretende es informar respetuosamente al querido lector con toda claridad, sobre lo que la misma Palabra de Dios (no de hombres) declara sobre este tema. Si leemos Apocalipsis 21.8 entenderemos, que adorar a ídolos o imágenes está dentro de una serie de pecados de extrema gravedad.
Sin embargo, tú puedes vivir esta Semana Santa de otra manera. Si te miras a ti mismo y ves todos tus defectos y todas tus imperfecciones, todas tus rebeldías delante de Dios, todas las cadenas que te oprimen, todos los miedos (a la muerte, al futuro, al dolor, a la enfermedad) que te acosan, tienes que saber que la paz con Dios no la vas a lograr haciendo penitencias fuertes, ni emocionándote con una procesión, ni dando limosnas, ni haciendo el mayor sacrifico que puedas realizar; e
s solo tu decisión personal de pedir perdón por tus pecados, reconocer a Cristo como tu Salvador y dejar que Él entre en tu vida como Señor; eso es lo que te va dar la seguridad eterna.

PAZ CON DIOS
La única manera de tener paz con Dios es venir a su hijo Jesucristo y decirle: Señor, creo que todo lo que padeciste en la cruz del Calvario fue por causa de mi pecado, por tanto, quiero pedirte perdón porque no hay nadie que pueda darme la Salvación eterna como Tú la das. Sálvame, perdona todos mis pecados y hazme una persona nueva.
LA PALABRA DE DIOS dice que Él te ama tanto a ti, que ha dado a su único hijo, Jesucristo, para que creyendo en Él tengas vida DICHOSA Y ETERNA después de la muerte. (San Juan 3:16)

No hay comentarios:

Publicar un comentario