jueves, 18 de febrero de 2016

Nunca digas que No Puedes

A Bob siempre le gustó armar y desarmar. Cuando era niño y recibía un regalo, era casi seguro que antes que cayera la noche lo hubiera desarmado para ver cómo funcionaba. Y casi siempre, lo volvía a armar y seguía funcionando. Era un genio para estas cosas.
Una vez, su mamá estaba hablando por teléfono, y él y unos amiguitos estaban brincando en la cama, cuando de pronto oyeron un ruido como si algo se hubiera roto. Efectivamente, el marco de la cama se había quebrado y yacía en el piso. Antes de que su mamá terminara de hablar por teléfono, él había estudiado el problema y lo había reparado de tal modo que parecía como si nunca se hubiera roto.
Como era natural, cuando llegó a la escuela intermedia y secundaria tomó todos los cursos que pudo en artes industriales. "Tuve unos estupendos profesores", recuerda. "Incluso había uno que abría el taller los fines de semana de fiesta para que trabajara en mis proyectos".
Otro de los intereses de Bob era la música.
Cuando estaba en la secundaria, decidió que quería tener una buena guitarra de doce cuerdas. Había empezado a tocar cuando estaba en el tercer grado después de que un vecino le regalara una guitarra barata, que por supuesto abrió para ver cómo estaba construida. El único problema era que Bob no tenía dinero para comprar el instrumento que quería. Eso no es problema, se dijo, la haré yo mismo. Y la hizo como su trabajo manual de graduación. De hecho, mientras estuvo en la secundaria no hizo solo una guitarra, sino tres y un banyo. Muchas personas desarrollan pasatiempos interesantes cuando están en la secundaria, incluso algunos los continúan cultivando. Otros los abandonan cuando llegan a adultos, pero Bob hizo algo realmente especial con el suyo. Es probable que si usted toca la guitarra, alguna vez haya entrado a una tienda de instrumentos musicales y haya visto una guitarra marca Taylor. Sí. Ese Taylor es Bob. Bob Taylor. De adolescente empezó a fabricar guitarras en su tiempo libre y con el tiempo llegó a fundar su propia compañía.
Kurt Listug ha sido socio de Bob veintisiete años. Su pasión es el comercio y hacer negocios, mientras Bob aporta la pasión y la habilidad técnica para fabricar guitarras. Hoy día, las Guitarras Taylor están entre las más finas del mundo, y la planta de fabricación las produce a un ritmo de doscientas por día.
¿Qué llevó a Bob de ser un solitario guitarrista a emplear a más de 450 personas, que trabajan en una fábrica que ocupa 124.000 pies cuadrados? La respuesta la encontramos en su increíble capacidad productiva e incansable dedicación por la excelencia.
"Soy como una mosca en la oreja”, dice Bob. "Continuamente estoy tratando de mejorar la calidad". Y este deseo se centra en mucho más que solo las guitarras. Es cierto que Bob Taylor ha introducido numerosas innovaciones en la industria de las guitarras, pero su verdadero interés está en el proceso de manufacturación y en las personas que construyen las guitarras.
"Una buena guitarra es, en realidad, el producto de unas buenas herramientas y un buen taller", explica Bob. "Y, por supuesto, las personas son otra parte importante. Formar un equipo es tan importante como fabricar el producto. Hay que hacer que la gente sea eso, un equipo, lo que significa crear un ambiente en el que las personas digan lo que realmente sienten. No se puede ser demasiado dogmático". Esa actitud ha permitido que surjan y se implementen excelentes ideas.
Dios espera que pongamos en acción primero, nuestra confianza en Él y luego que pongamos a funcionar los dones que Él nos ha dado. Jamás digas que no puedes o no tienes. Todo lo puedes en Cristo, y Dios te lo ha dado todo precisamente en Jesús.
Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra. Éxodo 9:16
Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Deuteronomio 8:18


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