sábado, 20 de febrero de 2016

Me es difícil perdonar

En tu vida seguramente has vivido algunas situaciones difíciles y tienes heridas que te hacen difícil perdonar. Pero también el Señor Jesús en su palabra, nos enseña que es necesario perdonar, y esto ¿cómo lo podemos hacer, si la herida ha sido muy grande?
Necesitamos ser conscientes no solo de los problemas emocionales, sino también físicos desencadenantes de la falta de perdón, pues con estudios realizados, se calcula que el 70% de las enfermedades físicas tienen origen en la falta de perdón.
La falta de perdón es algo a lo que debemos prestarle mucha atención, y qué decir de los problemas emocionales que conlleva. Cuando alguien no ha perdonado se llena de rencor, de odio, de enojo. Además, la persona que te agredió sigue con su vida mientras tú te has detenido en lo que sucedió, mientras tú sigues repitiéndolo en tu mente y sientes emociones una y otra vez, ¿lo ves?
Hay muchísimas personas que por falta de perdón han perdido amistades, hubo y hay separaciones, etc. Mas el mundo está hecho para el perdón y para la aceptación incondicional, y si no comprendemos esto, toda la vida viviremos en contra de la naturaleza humana. Viviremos, pero con un montón de conflictos emocionales.
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,  como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4:32
Dios sabe por todas las situaciones que pasamos; pídele pues, que te enseñe a perdonar, y Él te lo mostrará. A veces negamos el perdón,... y quizá alguna mujer que haya sido agredida diga: pero, ¿cómo voy a perdonarle la agresión? La agresión sí es necesario perdonarla, pero también pararla, detenerla, lo cual no significa que por perdonar debas continuar esa relación destructiva o algo que te lastime.
Es importante que comprendas esto: Las personas que te han herido te deben mucho, pero jamás te lo podrán pagar. ¿Y qué solemos hacer?... Muchas veces intentamos cobrarnos esa deuda por medio de indiferencia, de enojo, de rencor o de agresión; todo esto se da si aún no se ha perdonado de manera auténtica.
Dios, claramente en su palabra, dice que nos ha perdonado. Él vino a saldar esa cuenta que teníamos con Él y que era imposible que se la pudiéramos pagar, así que vino a decirnos: jamás me podrás pagar, así que como te amo te saldo la cuenta. ¿Y nosotros? En ocasiones fallamos en otorgar el perdón.
Hagamos un análisis, hagamos una lista de a quién es necesario perdonar, pongámosla delante de Dios, y Él, en su inmensa sabiduría, nos mostrará de qué manera hacerlo.
Recuerda:
Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”. Romanos 12:19

¿Qué mejor venganza que la de Dios? Él se encargará de lo demás, tú solo preocúpate por perdonar, pues de esta manera estás protegiendo tus emociones, tu vida, y estás obedeciendo a tu Padre Celestial.

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