lunes, 1 de febrero de 2016

Los perdidos

“Pues el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar a los que están perdidos.”
Lucas 19:10 (NTV).
los perdidosEscondidos en los túneles de las cavernas y después de un derrumbe, se encontraban desesperados unos exploradores novatos. Después de dos días de búsqueda sin resultados favorables, el departamento de rescate decidió contactar con el que seguramente no fallaría, un guía que pasó la mayor parte de su vida recorriendo las cavernas. En cuestión de horas él logró encontrar aún con vida, a los que se habían perdido. Los excursionistas, en una entrevista, declararon que simplemente ignoraron las señales de advertencia y de repente todo se derrumbó sobre ellos.
De la misma manera, solo Jesucristo puede rescatar a los que están perdidos. A aquellos cuyas vidas han sido arruinadas por las consecuencias de sus malas decisiones y pecados. JESÚS es el logotipo mismo, DIOS, que por medio de Él fue creado todo lo que existe. Incluyendo las vidas de todas las personas.
Cuando una persona vive en contra de lo que le dicta su conciencia, que es la voz de la ley de DIOS dentro de él, seguramente será preso del enemigo y del pecado, pues ha ignorado las advertencias dirigiéndose a una zona peligrosa. Pero en el momento que se arrepiente y pide ayuda a Jesucristo, Él lo salva y le da una nueva vida. Jesucristo es el único camino de salvación para todos los que están perdidos. Él diseñó la vida de cada persona, por lo que solo Él la puede reparar y darle libertad.
No importa lo perdido y lastimado que estés, ya que Jesucristo te puede encontrar y salvar. Solamente clama a Él, pídele su ayuda y Él te salvará. No importa lo pecador/a que te sientas, porque en un instante Él puede limpiar y salvar tu alma.
Si tú te encuentras perdido, permite que Jesús te encuentre y te salve, solo haz esta oración y créelo:

“Dios, reconozco que Jesús es tu Hijo, que pagó por mis pecados y el precio de mi libertad. Perdona mis pecados. Sálvame, líbrame del mal y de sus cadenas. Señor Jesús, lava mi alma con tu sangre, y déjame blanco como la nieve. Envía a mí a tu Espíritu Santo, oro esto en el nombre de Jesús, Amen.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario