-¡Es asombroso!
El hombre de la carretilla le preguntó:
-¿Tú crees que lo puedo volver a hacer?
-Estoy seguro que sí, contestó el viajero. Lo has hecho con mucha confianza.
-¿De verdad crees que lo puedo volver a hacer?
-Sí, definitivamente sí.
-Muy bien, de acuerdo, dijo el hombre de la carretilla. Súbete y te llevo al otro lado.
La mayoría de las veces nuestra falta de fe limita nuestras posibilidades.
La fe es creer lo suficiente para actuar. Lo que sucede es que a la hora de la verdad nos da miedo dar el paso y por consiguiente, nos paralizamos.
El miedo siempre paraliza y terminamos siendo prisioneros del presente. Muchos se pierden las oportunidades por miedo al fracaso o a lo incierto.
Pero el miedo siempre es derrotado por la fe.
La fe es creer lo suficiente para estar abiertos a lo improbable, mas el primer paso lo tenemos que dar nosotros. Porque la fe y la valentía van de la mano.
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