lunes, 18 de enero de 2016

Dios se encarga de quien le sirve

Los cristianos siempre consideramos propicio el tiempo para que Dios nos ayude, e incluso en algunas ocasiones, nos atrevemos a preguntarle a Dios que por qué se demora en contestar a nuestras peticiones.
Lo que más nos agrada como humanos, es que nos hablen de un Dios proveedor, de un Dios sanador. Esto lo sabemos decir hasta en hebreo. Jehovah-Jireh--”Dios mi Proveedor. Jehovah-Rapha--”Dios mi Sanador".
Inclusive lo que nos conviene lo decimos en hebreo, pues de esta manera nos sentimos más pueblo de Dios.
Hablar de recibir es muy agradable, pero lo que más detesta el cristiano moderno y sale corriendo, es que le hablen de dinero. Siente que le están manejando el bolsillo.
Para el cristiano moderno todo lo bíblico lo encuentra con una facilidad increíble, sea en el antiguo testamento o en el nuevo; lo único que, según él, ya no encuentra es la palabra "sembrar" en la obra del señor o la palabra "diezmar".
El pueblo de Dios siempre vivía de los milagros de Jehová, pero cuando se trataba de arreglar la casa de Dios, era muy astuto para posponer esa obra, nunca era la hora adecuada para arreglar el templo. “Así ha hablado Jehová de los ejércitos, diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada.” Hageo 1;2
El decir de mucha gente es que Dios no come, y tiene toda la razón. Dios no come, pero la obra de Dios aquí en la tierra, sí necesita recursos económicos para que pueda existir y funcionar.
Con el pretexto de que Dios no come, nos preocupamos solo de pedirle a Dios recursos para arreglar nuestra casa, y no cuidamos o abandonamos la casa del Señor. Hageo 1;4 “¿Es para vosotros tiempo de habitar en vuestras casas artesonadas, mientras esta casa está en ruinas?”
Si tú eres de los que piensa de esta manera, Dios te invita a que pienses muy bien lo que estás haciendo. Verso 7 “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos.” Porque la orden de Dios es categórica: arreglen mi casa. Y arreglar su casa significa encargarse de su mantenimiento, véase arriendos, servicios, salarios etc. Verso 8 “Subid al monte, traed madera y reedificad la casa; yo me complaceré en ella, y seré glorificado, ha dicho Jehová.”

La razón por la que hay escasez en muchas casas de los cristianos es porque no se preocupan de la casa de Dios. Pero la casa de un cristiano está ligada a la casa de Dios. Versos 9-11 “Buscáis mucho, y halláis poco; y lo que encerráis en casa yo lo disiparé con un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos. Por cuanto mi Casa está desierta, y cada uno de vosotros corre a su propia casa.  10 Por eso se detuvo de los cielos sobre vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. 11 Y llamé la sequía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce, sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo de sus manos.”
El temor a Dios se manifiesta en el cuidado de su Casa aquí en la tierra. Adorar a un Dios que no se ve y que no nos demanda nada físico es muy fácil. Verso 12 “Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.”
Solo un espíritu despierto puede entender la importancia de sembrar en la obra de Dios aquí en la tierra. Versos 13-14 “Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Jehová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová. Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su Dios.”
Si quieres que Dios se encargue de tus asuntos, encárgate tú de los suyos.

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