De la niña se tenía constancia que hace más de 9 años desapareció del Hospital Materno Infantil con su madre,... supuestamente; y del varoncito de unos 12 años ni siquiera había una sospecha fehaciente. Según se contó, ninguno de los dos menores estaba inscrito en el Registro, no habían sido escolarizados en ningún momento y, desgraciadamente, tampoco habían tenido los necesarios controles sanitarios.
Nadie duda del derecho de los familiares como de los progenitores, de disfrutar de los hijos que han nacido, pero es innegable que los niños tienen sus derechos como también sus obligaciones como cualquier ser humano. Cada ser humano, más allá de la edad que tenga, desde el mismo momento en que es fecundado tiene sus derechos, y éstos deben no solo ser respetados sino protegidos. Es triste, y no solo por este caso, ver cómo los derechos de los menores son vulnerados en muchísimos países del mundo; como por ejemplo, horrible es cómo los pechos de muchas niñas son planchados, aniquilados, en ciertos países del mundo. Sí, es doloroso ver cómo se maltrata a tantos menores. El amor hacia los niños se demuestra respetando sus derechos, como inscribiéndolos en un Registro para que tengan su nombre, dándoles una alimentación correcta, un cuidado sanitario adecuado, guardando con esmero que tengan una formación escolar, y en este caso de Gran Canaria, por lo que nos cuentan las informaciones, al menos varios de estos derechos han sido vulnerados.
Nuevamente, uno de los derechos que no ha sido respetado es el de ser inscritos en el Registro Civil. Aunque no estemos inscritos en registro humano alguno, tenemos la seguridad de que Dios sí nos conoce. Muchas personas, que seguro tienen su Partida de Nacimiento, se sienten sin embargo, como un cero a la izquierda, se sienten como una mota de polvo en medio del mundo. Bueno, para todos, para esos niños, para usted y para mí, querido amigo, es una excelente noticia saber que Dios nos conoce. En el libro de los Salmos, en la Biblia, leemos: “Tus ojos vieron mi embrión, y en tu libro se escribieron todos los días que me fueron dados, cuando no existía ni uno solo de ellos.” Salmo 139:16 ¡Qué alegría supone saber que Dios no solo no ignora nuestra existencia, sino que nos conoce incluso antes que nuestra madre supiera que estaba embarazada!
Queridos amigos, Dios tiene un registro con la vida y con el nombre de cada uno de nosotros. Él espera que le busquemos, que le demos gracias porque nos ama con tanto esmero y detalle...
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