Podemos ver la vida como una escalera en la que los escalones se construyen diariamente. Por cada logro es uno que subes, por cada prueba otro que construyes; todos los procesos de la vida son buenos, solo que no todas las cosas que nos pasan pueden disfrutarse desde que comienzan, o lo que es lo mismo, cada situación tiene algo que nos hace bien, pero a veces, éstas llegan de forma agradable y clara, y otras de una manera que hay que descubrir poco a poco, y su proceso a veces tarda y llega a ser difícil.
Cuando nos toca estar en la cima de un logro, en este caso pisando sobre un escalón, todo nos va muy bien, parece que la vida nos sonríe, que todo tiene sentido y encaja a la perfección, pero llega el momento de subir un poco más y todo se ve complicado y difícil, como si de repente nos viniera una racha en la que nada es comprensible, en la que buscas salidas y no las hay, piensas a dónde se han ido las cosas buenas y qué es lo que está sucediendo; pues bien, la respuesta es que quedaron en el escalón de abajo, mientras sigues construyendo lo que te lleva más alto.
Puede ser que hoy, sin saber cómo, te encuentres en un lugar donde las cosas buenas quedaron atrás, y solo te ha tocado enfrentarte a dificultades y situaciones que no comprendes; y te asusta la idea de pensar que pudiste haber hecho algo mal por lo que te está yendo de esta manera, buscas y no comprendes cómo salieron tan mal las cosas. Pero no has pensado en que lo que hoy estás viviendo está formándote un nuevo destino, un nuevo escalón, y te lleva cada vez más cerca del objetivo final.
No siempre que se nos presentan obstáculos o nuestro panorama pinta desalentador es por haber hecho algo mal; por el contrario, cada prueba, sin importar lo difícil que parezca, nos suele llevar rumbo a conquistar nuevos horizontes; estás donde estás por un propósito, y aunque es imposible verlo desde donde te encuentras hoy confundido, al terminar el proceso verás desde un lugar más alto todo lo que has conseguido.
Duele crecer pues los cambios traen confusión, y difícilmente se ve el resultado mientras están ocurriendo, pero ten por seguro que la escalera de tu vida, esa que por momentos te cuesta tanto construir, te está preparando el camino para cosas aún mejores de las que habías vivido.
Si crees que tu vida tiene un propósito, con el cual Dios te trajo al mundo, entonces puedes confiar en que aún sigue diseñando tu futuro. El plan ya fue hecho, solo te toca a ti esforzarte y seguir adelante, confiar, resistir y no darte por vencido.
No siempre que se nos presentan obstáculos o nuestro panorama pinta desalentador es por haber hecho algo mal; por el contrario, cada prueba, sin importar lo difícil que parezca, nos suele llevar rumbo a conquistar nuevos horizontes; estás donde estás por un propósito, y aunque es imposible verlo desde donde te encuentras hoy confundido, al terminar el proceso verás desde un lugar más alto todo lo que has conseguido.
Duele crecer pues los cambios traen confusión, y difícilmente se ve el resultado mientras están ocurriendo, pero ten por seguro que la escalera de tu vida, esa que por momentos te cuesta tanto construir, te está preparando el camino para cosas aún mejores de las que habías vivido.
Si crees que tu vida tiene un propósito, con el cual Dios te trajo al mundo, entonces puedes confiar en que aún sigue diseñando tu futuro. El plan ya fue hecho, solo te toca a ti esforzarte y seguir adelante, confiar, resistir y no darte por vencido.
¿Cuantos escalones se nos presentan en la vida para lograr llegar a nuestra meta final? Eso depende de lo lejos que queramos llegar, y en el proceso rendirse es fácil, pero de no seguir construyendo nunca veremos qué hay más arriba de donde estamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario