“Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (Juan 14:14). Mostramos la magnitud de nuestro Cristo por lo que pedimos en su nombre. Estamos hablando de pedir en grande y esperar grandes cosas. Manifestamos la grandeza de nuestro Cristo por la grandeza de nuestras súplicas.
Tenemos poco de Cristo porque le pedimos poco. Limitamos nuestras súplicas a las cosas materiales. Es cierto que debemos dejarle conocer nuestras necesidades, pero pedir solo por la alimentación y la vivienda es disminuir nuestra visión de su grandeza.
Tenemos poco de Cristo porque le pedimos poco. Limitamos nuestras súplicas a las cosas materiales. Es cierto que debemos dejarle conocer nuestras necesidades, pero pedir solo por la alimentación y la vivienda es disminuir nuestra visión de su grandeza.
El reino de Dios, en el que estamos, es “gozo y paz en el Espíritu Santo", y servimos a un Cristo triunfante y estamos llamados a compartir su triunfo. ¿Tiene usted gozo y paz en el Espíritu Santo? ¿Usted va a su trono, pidiendo gozo y paz? ¿Le pide al Padre “en el nombre de Jesús”?
Cristo no triunfó para sí mismo. Lo hizo por usted y por mí, por todos, por lo tanto, tomemos los beneficios de ello. ¿Pide usted ser más semejante a Cristo? ¿Pide con fe, en el nombre de Jesús, por las demás promesas de Hebreos?
Dios está esperando y deseando más peticiones. Pedir “en el nombre de Jesús” es una invitación a participar de la gran bondad de Dios, guardada para los que creen y piden en gran medida. Pida hoy con un espíritu de regocijo creciente, aún en sus mayores tiempos de dificultad.
¿Por ejemplo, qué hay acerca de una multitud de 5000 hambrientos en el Nuevo Testamento, cuando Jesús preguntó a sus discípulos lo que debían hacer? Preguntó, en otras palabras: “muéstrenme su plan para alimentarlos”. ¿Qué se puede hacer para enfrentar esta crisis?Jesús puso a prueba su fe.
Aunque todo el tiempo Jesús tenía un plan. ¿Quién, en esa multitud de personas, podría haber concebido el plan de alimentarlos con cinco panes y dos peces?
¿Por ejemplo, qué hay acerca de una multitud de 5000 hambrientos en el Nuevo Testamento, cuando Jesús preguntó a sus discípulos lo que debían hacer? Preguntó, en otras palabras: “muéstrenme su plan para alimentarlos”. ¿Qué se puede hacer para enfrentar esta crisis?Jesús puso a prueba su fe.
Aunque todo el tiempo Jesús tenía un plan. ¿Quién, en esa multitud de personas, podría haber concebido el plan de alimentarlos con cinco panes y dos peces?
Dios tiene un plan preconcebido para cada situación en su vida. Usted puede tratar de pensar de qué modo Dios podría resolver su crisis, pero la Palabra de Dios nos dice que la mente humana no puede concebir los caminos de Dios.
Dios no nos dirá cuál es su plan, ni siquiera nos dará una pista. Él insiste en mantener nuestra fe en sus promesas, en su majestad y en los milagros pasados a nuestro favor. Su Palabra para nosotros es: ¡Cree! Tu Dios tiene un camino preparado, y Él tiene el poder para cumplir su plan. A Él le encantaría correr la cortina y mostrarnos lo que está pasando en sus caminos invisibles, pero sabe que no debe.
Y no debe porque la fe es la evidencia de lo que no se puede ver. No puede haber descanso para nosotros en nuestras pruebas de fuego, hasta que no estemos totalmente convencidos de que Dios está de pie y listo para hacer lo impensable, lo imposible. Nuestra parte es simplemente, confiar en que Él llevará a cabo lo que prometió.
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