Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas (Proverbios 3;6).
Hace 100 años, con 41 años de edad, Oswald Chambers llegó a Egipto para servir como capellán de las tropas de la Mancomunidad de Naciones, durante la Primera Guerra Mundial. Lo asignaron a un campamento en Zeitoun, a unos diez kilómetros al norte de El Cairo. La primera noche que pasó allí, escribió en su diario: "Esta zona es un absoluto desierto en el corazón mismo de los soldados, y una oportunidad gloriosa para los hombres. Es totalmente diferente a todo lo que he estado acostumbrado a ver, y aguardo con interés las cosas nuevas que Dios diseñará y hará".
Chambers creía y practicaba las palabras de Proverbios 3:5-6: Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
Esto es un consuelo y un desafío al mismo tiempo. Saber que el Señor nos guiará todos los días da seguridad, pero no debemos aferrarnos mucho a nuestros planes como para oponernos a Su tiempo y Sus caminos.
"No tenemos derecho a juzgar dónde somos colocados o a presuponer para qué está preparándonos el Señor", declaró Chambers.
Dios orquesta todo. Dondequiera que nos ponga, nuestro principal objetivo es consagrarnos a Él de todo corazón, en cada tarea en particular.
Señor, quiero amarte y servirte de todo corazón, donde me coloques hoy.
Cuando confiamos en Dios, Él dirige nuestros pasos.
Hace 100 años, con 41 años de edad, Oswald Chambers llegó a Egipto para servir como capellán de las tropas de la Mancomunidad de Naciones, durante la Primera Guerra Mundial. Lo asignaron a un campamento en Zeitoun, a unos diez kilómetros al norte de El Cairo. La primera noche que pasó allí, escribió en su diario: "Esta zona es un absoluto desierto en el corazón mismo de los soldados, y una oportunidad gloriosa para los hombres. Es totalmente diferente a todo lo que he estado acostumbrado a ver, y aguardo con interés las cosas nuevas que Dios diseñará y hará".
Chambers creía y practicaba las palabras de Proverbios 3:5-6: Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.
Esto es un consuelo y un desafío al mismo tiempo. Saber que el Señor nos guiará todos los días da seguridad, pero no debemos aferrarnos mucho a nuestros planes como para oponernos a Su tiempo y Sus caminos.
"No tenemos derecho a juzgar dónde somos colocados o a presuponer para qué está preparándonos el Señor", declaró Chambers.
Dios orquesta todo. Dondequiera que nos ponga, nuestro principal objetivo es consagrarnos a Él de todo corazón, en cada tarea en particular.
Señor, quiero amarte y servirte de todo corazón, donde me coloques hoy.
Cuando confiamos en Dios, Él dirige nuestros pasos.
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